Muy entrado ya el siglo XXI, tenemos que ser conscientes de que tener una estrategia digital es tener una estrategia empresarial y de que el dato no solo es el mayor activo que tiene cualquier compañía; es su garantía de futuro. Atrás, en los noventa, quedaron las aplicaciones empresariales que, basándose en la información, nos ofrecían una visión gráfica y siempre retrospectiva de lo que había sucedido en nuestro negocio.
Ahora, la convergencia de diferentes tecnologías (big data, inteligencia artificial, Internet de las Cosas, machine learning…) consigue que las aplicaciones faciliten perspectivas y certezas alrededor de lo que está por venir en nuestras cuentas de resultados. No es ciencia ficción: una correcta gestión del dato permite anticiparse al mercado, ser más eficiente y que una compañía marque la diferencia respecto a su competencia.
Debido a esta inapelable realidad, la Unión Europea ha definido como objetivo prioritario el desarrollo y fomento de la Economía del Dato en los países miembros, cuyo valor se incrementará exponencialmente hasta alcanzar los 829.000 millones de euros en 2025. Ese mismo año, solo en España, aumentará hasta 54.400 millones de euros y representará el 4,1% del PIB, casi el doble respecto a 2019.
Una nueva materia prima
La construcción de esta nueva economía impulsada por el dato tiene como principal catalizador al proyecto europeo Gaia-X, en el que Arsys participa a través de su hub en España. Gaia-X está desarrollando los mecanismos de gobernanza, organizativos y técnicos que van a permitir afianzar un mercado digital único donde se respeten las mismas reglas de juego que compartimos los países miembros en el mundo físico. Son principios inherentes a la identidad y los valores europeos y determinantes en materias tan sensibles como la privacidad y la protección de datos, la interoperabilidad, la conectividad, la portabilidad, la equidad o, incluso, la eficiencia energética.
Más allá de los inevitables aspectos regulatorios y técnicos, la definición de los Espacios de Datos se articula como el elemento clave para fomentar este nuevo modelo económico para la Unión Europea. Se trata de ecosistemas basados en la colaboración público-privada, y diseñados para que todos sus participantes puedan compartir información de manera voluntaria, en un entorno de total confianza que propicie su monetización garantizando su procesamiento y seguridad, así como la protección de los derechos de los propietarios de los datos. Estos ecosistemas pueden ser sectoriales o transversales y tener alcance local, nacional o internacional, dependiendo de los intereses de sus participantes.
La definición de los Espacios de Datos se articula como el elemento clave para fomentar este nuevo modelo económico para la Unión Europea
En estos Espacios de Datos desempeñamos un papel determinante los proveedores cloud que, a través de nuestra infraestructura y de nuestras soluciones, garantizamos la confidencialidad, integridad y disponibilidad del dato, asegurando el cumplimiento normativo de extremo a extremo. También aportan un incalculable valor los integradores y consultores especializados en la explotación del dato, en cualquiera de sus fórmulas, cuyos algoritmos han conseguido que el dato se haya convertido en la materia prima de esta nueva economía. Por supuesto, participan los sectores público y privado, los grandes beneficiados en la toma de decisiones argumentadas en el dato. Y por último y no por eso menos importante, el propietario último del dato, que es el usuario y que debe mantener todos los derechos que ha consolidado en las últimas décadas respecto al tratamiento de su información.
Este complejo contexto requiere de total y absoluta transparencia entre los diferentes actores de estos ecosistemas, así como de nuevos estándares abiertos que faciliten compartir la información, proteger el dato y a todos los actores de esta nueva economía. Solo así tendrán éxito los Espacios de Datos. Esto conlleva, inevitablemente, la federación de la infraestructura cloud, orientada siempre a proporcionar la máxima interoperabilidad, y el uso de tecnologías como blockchain para propiciar el cumplimiento normativo europeo y la máxima confianza entre todos los agentes que componen la cadena de valor del dato.
Este es el camino hacia la Economía del Dato, el camino hacia el futuro.