Un nuevo informe de Oracle revela que los profesionales jóvenes acceden cada vez más a los datos y aplicaciones del trabajo en su dispositivo móvil —ya sea con el consentimiento de su empleador o sin él—, y además son los más propensos a perderlo o, peor aún, a que se lo roben. Con esta nueva generación de usuarios de móvil abriéndose camino en el mundo de los negocios de todo el mundo, Oracle destaca la necesidad de las empresas de securizar su negocio desde el propio dispositivo hasta el centro de datos.
El 71% de los trabajadores entre 16 y 24 años utiliza aplicaciones de la empresa en su dispositivo móvil personal. El 73% admite haber perdido al menos un dispositivo móvil y al 52% se lo han robado al menos una vez. Entre los 45 y los 54 años de edad, sin embargo, la tasa de robo de dispositivos está en el 20% y las pérdidas en el 36%.
De hecho, parece que la categoría de 16-24 años está constantemente encontrando nuevas e interesantes maneras de perder o dañar un dispositivo móvil: El 53% ha dañado un dispositivo por haberle vertido encima una bebida. El 51% ha dejado caer su móvil en un baño. El 49% ha estropeado su móvil por haberse sentado encima y el 44% ha perdido o deteriorado su teléfono móvil de alguna forma de la que se averguenza.
Las empresas deberían estar implantando plataformas móviles, pero algunas lo están posponiendo por preocupaciones, claramente fundadas, sobre la seguridad de los dispositivos: Sólo el 24% de los entrevistados dijo que su compañía promueve activamente el trabajo móvil. El 39% cree que los miedos sobre la seguridad de los dispositivos suponen un gran obstáculo para sus jefes.
“Los trabajadores de todas las edades están muy unidos a sus dispositivos móviles y los llevan dondequiera que van. Por eso no es extraño que tantos dispositivos se pierdan o sean robados, especialmente en un momento en que el trabajo móvil se está extendiendo cada vez más. Aunque podemos reírnos de algunas de las formas en que los dispositivos se extravían, los resultados de este estudio son un verdadero quebradero de cabeza para las empresas, a las que no les hace ninguna gracia perder sus datos. Un teléfono perdido para un consumidor puede suponer unos cientos de dólares y la pérdida de fotos familiares, música, etc. Pero para una empresa el problema es mucho mayor, e incluso puede crear un agujero de seguridad en la estrategia de gestión de la información empresarial” afirma Suhas Uliyar, VP Mobile Strategy, Product Management, Oracle