El cloud computing es más que una realidad. Los últimos informes sectoriales confirman que de forma general, e independientemente de la modalidad (pública, privada, híbrida, SaaS, PaaS, IaaS), registra crecimientos anuales cercanos al 30% entre el tejido empresarial. Se confirma así con cifras lo que muchos ya intuíamos: el modelo de consumo en la nube ha arraigado en nuestro país, y su aceptación está ya fuera de toda duda. Dada la madurez del modelo, ya no tiene sentido deshojar la margarita de “¡Cloud, sí!” y “¡Cloud, no!”. Ahora la pregunta clave es “¿Cómo puede el cloud ayudar a mi organización en la transformación digital?”.
Más allá de que el cloud computing es el gran facilitador para la transformación digital, no hay una respuesta única. Todas las modalidades de cloud tienen su cuota de mercado entre los distintos perfiles de empresas y proyectos IT, y técnicamente se puede montar cualquier solución sobre una plataforma cloud, independientemente de su nivel de aislamiento. En este sentido, podemos considerar la nube híbrida como una fase intermedia y de transición en la que se garantizan la integración e interoperabilidad de diferentes arquitecturas, facilitando la transición de las organizaciones en su adopción de la nube pública, el modelo definitivo que está allanando el camino de las empresas, de cualquier tamaño y sector, hacia su destino.
Y no olvidemos que este destino es la transformación digital. Hablamos de un proceso que replantea gran parte de la operativa empresarial apoyándose en la tecnología para permitir a las empresas lidiar en tiempo real con un mercado completamente diferente al de hace apenas cinco años y en constante evolución. Por ese motivo, la adaptabilidad se ha convertido en un ‘must’ para todas las empresas y esto es algo que sobre el modelo de arquitectura tradicional es, sencillamente, inabordable.
Cloud computing y transformación digital son dos conceptos que van de la mano y que no podemos disociar si queremos triunfar (o incluso sobrevivir) en este exigente y cambiante entorno. Y para hacerlo debemos aprovechar las posibilidades de soluciones de negocio de Business Intelligence o Big Data en un entorno eficiente que nos permiten convertir los crudos datos en información de y para el negocio.
Dada la madurez y flexibilidad del modelo cloud cada vez resulta más difícil justificar dentro de las organizaciones la inversión y esfuerzo que requiere la construcción y gestión de un centro de datos propio para prestar esos servicios a los clientes internos y externos. La mejor alternativa pasa por la externalización en las instalaciones de un especialista en cloud, que ofrece toda la capacidad, su infraestructura como un servicio y también algo mucho más importante: su experiencia. Los proveedores acompañan y asesoran a las organizaciones en su migración a cloud y, gracias a la flexibilidad de soluciones IaaS, como Cloudbuilder Next, les ayudan a escoger el modelo de nube más adecuado para su transformación digital. Hablamos de soluciones con capacidad para gestionar en caliente la infraestructura IT, con capacidad de computación bajo un modelo de pago por uso y total adaptabilidad. Estos son los requisitos mínimos que están demandando las organizaciones en este nuevo mundo digital. Los cambios se están produciendo a una velocidad exponencial y el cloud es el único modelo que proporciona a las empresas la agilidad que requiere la transformación digital.
