Las Factorías de Software afrontan el reto de la productividad global

La productividad de las Factorías de Software resulta imperativa para los proveedores de servicios de mantenimiento y modernización de aplicaciones, especialmente al calor de la globalización del ‘delivery’. En ese escenario, contar con una metodología probada y herramientas avanzadas resulta tan fundamental como una adecuada gestión del cambio.

Publicado el 10 Mar 2010

42074_47

Lola Sánchez. Computing

La crisis económica y la consiguiente reducción de los presupuestos se ha convertido en una palanca de presión en los departamentos TI de las organizaciones, que se ven obligados a hacer más con menos. A su vez, los CIOs han trasladado esta presión a sus proveedores de servicios en distintos ámbitos, incluyendo el mantenimiento y la modernización de aplicaciones.

En esa tesitura y de cara a mantener sus niveles de competitividad, los proveedores de servicios necesitan contar con metodologías probadas y dotar a sus Factorías de Software de herramientas avanzadas capaces de dar respuesta a dos grandes retos: el incremento de la productividad en un entorno cada vez más globalizado y la gestión del cambio.
Esta es una de las principales conclusiones de la mesa redonda organizada por COMPUTING en colaboración con Micro Focus con el objetivo de evaluar los retos y las oportunidades de las Factorías de Software, no sólo en España, sino también en Latinoamérica, donde muchos proveedores de servicios TI han levantado centros productivos, incluyendo los reunidos en esta mesa por la multinacional de origen británico, a saber: Accenture, Indra, Telvent, HP, Microsoft, Atos Consulting, Ibermática, Tecnocom y Grupo Nmeno.
Estos importantes jugadores compiten en un mercado que, a pesar de la complicada situación económica, sigue gozando de buena salud y así lo refleja la propia evolución del negocio de Micro Focus. “Si hace más de un año un 60 por ciento del negocio correspondía al desarrollo de aplicaciones, un 20 a proyectos de migración y el resto a APM (Application Portfolio Management), en el último trimestre el 30 por ciento corresponde a desarrollo, un 40 a migración y un 30 a APM”, indica la directora general de Micro Focus para Iberia y Latinoamérica, Patricia Santoni. Y es que, tal y como apostilla el director de Servicios y Soluciones de Micro Focus, Miguel Fito, “las organizaciones han entendido la importancia de modernizar sus aplicaciones puesto que son conscientes de que las aplicaciones son sus activos más importantes”. En este escenario, “la unión entre los integradores y las compañías tecnológicas es lo que verdaderamente puede aportar el valor que nos demandan los clientes”.
Partiendo de esta premisa, el diálogo tuvo como punto de partida la identificación de los ‘drivers’ que mueven a las organizaciones a modernizar sus aplicaciones. Al respecto, el socio de Consultoría Tecnológica y director del Área de Renovación de Aplicaciones de Accenture, Alfredo Surroca, apunta tres factores principales: “el coste, un nivel elevado de riesgo y un tercero que no suele mencionarse y que corresponde a la falta de agilidad derivada de la rigidez de los sistemas heredados”.
Este último elemento resulta especialmente clave a la hora de abordar un proyecto de modernización, según el gerente de Desarrollo de Negocio de Telvent, Miquel Arroyo, quien considera que “la necesidad de cambiar o modernizar viene habitualmente determinada por el hecho de contar con tecnologías obsoletas”.
También el responsable del Centro de Competencia SOA de Ibermática, Pablo Carretero, identifica la obsolescencia de los sistemas como el principal factor impulsor de estos proyectos, en los que aprecia que existen dos grandes puntos de complejidad: “por un lado, la gestión a futuro y, por otro, el control de los cambios”.
En la misma línea y en opinión del director de Soluciones de Plataforma en la División Comercial de Grandes Organizaciones de Microsoft, Oscar Sanz, “las principales palancas son la búsqueda de agilidad en el negocio y la reducción de costes”, con una particularidad a tener muy en cuenta y es que “en los dos últimos años, los clientes apuestan por proyectos en los que el ROI sea a muy corto plazo, en menos de un año”.
Además y como añade el director del Área Internacional de Soluciones Tecnológicas de Indra, Carlos Guillermo Plaza, la crisis ha hecho girar el foco: “Anteriormente, la gestión del riesgo era el principal driver pero, hoy por hoy, la preocupación es el coste ya que ante la dificultad de mantener márgenes subiendo los precios, las empresas han encontrado en la modernización de aplicaciones una vía para reducir costes”.
Desde el punto de vista del Chief Technology Officer (CTO) de Capgemini, Jorge Villaverde, esta realidad es consecuencia de varios factores. Por un lado, “en el discurso tecnológico ya no está la fuerza para embarcar a una compañía en un proyecto de este tipo sino que ha de ser el negocio la palanca principal que tire hacia delante” y, por otro lado, “las grandes modernizaciones han llevado a muchos grandes fracasos con proyectos que se han prolongado años y no han dado los resultados esperados”. Ante estos cambios se impone una nueva aproximación en la que “la organización no debe ser el sufridor de sus sistemas de información sino su dueño”, subraya Villaverde, para quien la clave del éxito radica en “huir de los proyectos big-bang, centrarse en las necesidades del negocio, garantizar la convivencia de las aplicaciones nuevas y antiguas, e involucrar desde el primer momento al usuario”. Por otro lado y en opinión de Sanz, “la necesidad de tocar la palanca del negocio para salir del ‘que me quede como estoy’ se debe a que en muchas ocasiones los propios departamentos TI han sido los inhibidores de estas iniciativas”. Y, en este escenario, Sanz considera que el verdadero aliciente para abordar un proyecto evolutivo radica en “poder transformar los puros centros de coste en centros de servicios”.
Justamente en la transformación centró su discurso el director general del Sector Banca y Seguros de Tecnocom, Javier Rey, quien considera que “la modernización de aplicaciones debe plantearse a partir de la idea de que las empresas que no se adaptan son incapaces de seguir adelante”. En ese sentido, Rey reconoce la importancia de la reducción de costes, pero considera que hay que conjugar otros factores: “la crisis es un driver, el time-to-market otro y también lo es la necesidad de disponer de sistemas flexibles”.
Parece evidente, por tanto, que la labor de los proveedores de servicios tiene una componente clave de impulso a la transformación ya que, como también confirma Jaume Ayerbe, responsable de Desarrollo de Negocio de la Unidad Global de Software de HP para EMEA, “hay muchas casuísticas en las organizaciones que no funcionan y nadie se atreve a tocar, de modo que tenemos que ser capaces de ayudar a los clientes a dar ese paso y a poder hacer más con menos”.

Cerrar el círculo del ciclo de vida
En cualquier caso y ya sea para reducir costes o con el punto de mira puesto en la innovación, cada organización -en función de su realidad y necesidades- deberá determinar el modo más adecuado para emprender un proyecto de modernización. “Hay empresas que lo abordan por etapas”, comenta Fito, “pero también hay iniciativas drásticas de empresas que directamente están apagando sus mainframes”.
En cualquiera de ambas aproximaciones, existen sin embargo fases comunes. En el caso de Accenture, la actividad conocida como ‘application renewal’ consta de tres fases: “la fase de Discovery, en la que nos apoyamos en las herramientas Relativity de Micro Focus y que nos permite conocer los entornos existentes en el cliente, una segunda fase en la que, en base a ese conocimiento, se evalúa y determina la renovación y mejora; y una tercera de planificación y desarrollo”, enumera Surroca.
En esta última fase, Accenture se ha visto beneficiada por las últimas adquisiciones realizadas por Micro Focus, no sólo a la hora de abordar la transformación automatizada de código, un ámbito en el que “recientemente hemos incorporado un robot que corre sobre reglas”, sino también en la fase de pruebas de regresión donde, como apunta Surroca, “nos apoyamos en herramientas de IBM y estamos en vistas de utilizar las herramientas de Micro Focus”.
El director de los Centros de Desarrollo de Alto Rendimiento del Grupo Mnemo, Roberto Ortiz, considera por su parte primordial la fase de ‘discovery’ ya que “muchas veces los clientes creen que sus entornos heredados son cien por cien Cobol y luego aparece Ensamblador, PL1, etc.”
La fase de pruebas también es considerada altamente crítica por parte de Ayerbe. “Resulta fundamental asegurar que la nueva aplicación dará los resultados obtenidos y, en ese punto, las soluciones de gestión del ciclo de vida de las aplicaciones suponen una ayuda muy importante a la hora de minimizar los riesgos”, indica el ejecutivo de HP, que no pasa por alto otros factores clave de productividad como “disponer de un catálogo que permita la visualización global de las tareas y evite la realización de un trabajo que ya se ha llevado a cabo por otro departamento”.
A la vista está que el control y el gobierno son igualmente aspectos decisivos. “Si existe una visión sesgada y poco control de la globalidad, se corre el riesgo de tomar decisiones que luego no cuadran”, advierte Rey, de modo que “hay que asegurar que, una vez transformadas, estas tecnologías están gobernadas”.
Al respecto, Rey considera que en los últimos tiempos se ha producido una transformación. “Hasta ahora hemos trabajado de forma muy artesanal y con mucha fuerza bruta -a veces sólo a base de meter gente-, ahora existen herramientas en las que nos apoyamos para aumentar la productividad y garantizar el buen desarrollo de las diferentes fases, desde el testing hasta el gobierno”.
En la misma idea insiste el director de Arquitecturas Corporativas de Atos Consulting, Israel Marcos, al indicar que “el planteamiento de voy a meter 50, 80 o 100 personas es complicado, primero para convencer al cliente y, segundo, considerando la palanca de reducción de costes; de modo que las herramientas de proveedores como HP o Micro Focus nos pueden ayudar a dar un valor diferencial y ofrecer un planteamiento distinto en el cual el cliente puede encajar el proyecto económicamente”.
En este sentido y sin olvidar que “los Software Center son multicliente y multitecnología”, como apunta Ortiz; queda patente que el hecho de contar como socio con un proveedor de soluciones como Micro Focus puede resultar diferencial. De hecho, el responsable de Alianzas de Telvent, Ignacio Duque, puso el acento justamente en este punto al afirmar que: “ir a un cliente acompañados de un partner de solvencia como Micro Focus constituye una importante ventaja”.
La conclusión, por tanto, es clara: “se trata de poder llevar a cabo un control integral del ciclo de vida del desarrollo de software”, sentencia Sanz. Y en la misma línea se expresa Ayerbe, quien entiende que “para asegurar que la nueva aplicación va a dar los resultados obtenidos, las soluciones de gestión del ciclo de vida de las aplicaciones resultan esenciales, especialmente a la hora de minimizar todos los riesgos”.
Por otro lado, Ortiz recuerda que “la utilización de metodologías y herramientas no sólo es aplicable a los proyectos de modernización sino a otros proyectos de evolución de aplicativos, por ejemplo, en el caso de fusiones o adquisiciones que obligan a la unión de diferentes aplicaciones”.

Gestión del cambio, prioridad
Más allá del uso de metodologías probadas y la disponibilidad de herramientas efectivas, hay otro factor determinante en el éxito de estos proyectos: una adecuada gestión del cambio. Este factor gana, además, en importancia en determinadas geografías y así lo constata Plaza, quien está totalmente convencido de que “estos proyectos no se pueden plantear como un problema de tecnología, puesto que en el fondo de lo que hablamos es de una metodología de implantación que tiene que tener en cuenta los problemas de negocio y a los usuarios”.
Adicionalmente y como matiza Plaza, “mientras que el reto en entornos maduros está más relacionado con la obsolescencia y tiene, por tanto, un carácter más tecnológico, en los países emergente, el desafío es claramente la gestión del cambio”.
Y es que, a pesar de su creciente capacitación tecnológica y como apunta Arroyo a modo de ejemplo, “para los usuarios no resulta sencillo pasar de las pantallas negras del host a un entorno web”. Por ese motivo, el gerente de Desarrollo de Negocio de Telvent, que ha ganado bastante conocimiento y experiencia en este campo a través de la compra de Matchmind, considera fundamental el uso de “una metodología que te permita identificar, ayudar y acompañar al cliente para que la gestión del cambio sea lo menos traumática posible”.
Este aspecto, al que no siempre se le da la importancia que merece, parece cada vez más tenido en cuenta por los proveedores de servicios. “El usuario es clave”, afirma Rey y, como tal, “la gestión del cambio implica que el usuario debe participar y casi esponsorizar el proyecto, sobre todo teniendo en cuenta que en el 90 ciento de los casos, el fracaso reside en una resistencia al cambio”.
No obstante, Surroca considera que hay que diferenciar dos tipos de proyectos. “Existen proyectos con cero impacto puesto que todo queda por detrás y simplemente se acude al usuario para recoger datos de prueba y existen otros proyectos que afectan, por ejemplo, a la interfaz gráfica en los que hay contar con la implicación de los usuarios para evitar el rechazo”.
La situación se complica aún más, recuerda Ayerbe, cuando “el entorno legacy no es tal, sino simplemente papel, como sucede en los entornos hospitalarios, donde ya no se trata de miedo, sino plana y llanamente de rechazo”. La clave para superar este obstáculo reside, según Ayerbe, en la funcionalidad y el rendimiento, es decir, en “construir sistemas que den respuesta a las expectativas de los usuarios”.
Existen, además otros puntos a tener muy en cuenta. El primero radica en el cumplimiento de los plazos, un ejercicio que exige el esfuerzo conjunto del integrador y la organización, y que, de acuerdo con la experiencia de Ortiz, “depende en gran medida de la existencia de una esponsorización fuerte por el lado del negocio”. El segundo se centra en la correcta migración de los datos: “la efectiva migración de datos es primordial ya que de no hacerse correctamente podemos encontrarnos con el desastre de tener la nueva aplicación funcionando y no disponer de los datos o disponer de datos en mal estado”, comenta Marcos, quien insiste en este aspecto dado que “si los usuarios perciben errores en los datos, es inevitable que se siembre la desconfianza”.

La nube, una opción a considerar
En otro orden de cosas, aunque dentro de este mismo complejo entramado, a día de hoy es necesario considerar otro elemento, tanto por las organizaciones usuarias como por los proveedores de servicios: cloud computing.
En esta tendencia puso el acento Sanz al indicar que “si bien este tipo de proyectos se pueden enfocar en los tradicionales CPDs, cada vez más tienen también en cuenta la nube en tanto que plataforma para el desarrollo de aplicaciones, sobre todo, a la hora de aportar agilidad y de resolver los problemas de sobreaprovisionamiento de muchos clientes de mainframe”.
Ciertamente y si bien, como señaló Fito, “hace seis meses cloud computing se consideraba algo muy bonito de lo que hablar en los periódicos”, a día de hoy “existe un interés real en cloud”. No obstante, todavía nos encontramos en un estadio temprano y, por otro lado, “hay aplicaciones más preparadas que otras para trabajar en la nube”, apunta Sanz.
Así lo entiende también Surroca, quien partiendo de la idea de que “el principal atractivo de cloud radica en la posibilidad de convertir tus costes fijos en variables”, observa que “los clientes consideran cloud una alternativa en el caso de aplicaciones commodity, pero todavía existen reticencias a la hora de llevar el core a la nube, fundamentalmente debido a la exigencia de tener que mover los datos a este entorno y a la latencia de Internet”.
Se trata, por tanto, de un movimiento lento que está viendo impulsado por ciertos avances como, por ejemplo, “la posibilidad que recientemente ofrece Micro Focus de lanzar aplicaciones Cobol en modo cloud sin necesidad de migrar a Java”.
También desde Atos Consulting se reconoce que “cloud es un fenómeno que está evolucionando muy rápidamente y hay clientes que si hace meses consideraban cloud como algo muy lejano, hoy constatan que es una propuesta cada vez más presente en el mercado”, comenta Marcos.
En este sentido, hay una serie de ventajas a considerar tanto por parte de las empresas como por los proveedores de servicios ya que, como destaca Villaverde, “se trata de una vía muy interesante para que los proyectos de modernización no tengan que incurrir en una inversión de entrada muy importante y para desarrollar nuevas posibilidades de propuestas ligadas a cloud en materia de modernización”.
En conclusión y también en palabras de Villaverde, “cloud ayudará a cambiar la forma tradicional en la que se vienen dimensionando los CPDs para responder a cualquier contingencia y a evitar la multiplicación de entornos normalmente asociada a los proyectos de modernización”.

¿Qué te ha parecido este artículo?

La tua opinione è importante per noi!

Redacción

Artículos relacionados

Artículo 1 de 4