¿Qué es más importante: la veracidad del dato o la velocidad que demanda el negocio? En ocasiones, la realidad se impone y las compañías optan por tener un dato en el que apoyarse, aunque no sea del todo fiable, antes que esperar a tener información más sólida y tomar una decisión más afianzada. Muchas son las disyuntivas que se presentan en torno al dato, y en el encuentro organizado por Computing, -en colaboración con Ciber Experis, InfinidatyRubrik-, expertos en la gestión y la explotación de los datos, se abordó la problemática.
“De nada sirve tener un huerto estupendo si no sabes cómo hacer la ensalada”, sentenció Palmira Aldeguer, Head of Big Data & Analytics de Liberbank. Con esto, Aldeguer vino a decir que, una vez controlado el almacenamiento de los datos, muchas compañías no saben muy bien qué hacer con ellos. “Sacar valor de los datos que poseemos y cuantificar el beneficio componen los verdaderos desafíos”. Recopilar datos de calidad, convertir los datos en información, -es decir, que estos sean entendibles para todos y no “una masa ininteligible”-; productivizar los modelos, etcétera; son solo algunos de los aspectos que debe contemplar una adecuada estrategia de big data; “y que debe estar diseñada en coordinación con la seguridad y la infraestructura”.
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No obstante, aunque extraer beneficio del dato para el negocio sea el fin, aún tenemos que controlar el medio. “En términos de almacenamiento y procesamiento de la información no está todo dicho”, afirmó Montserrat Mariana, Gerente de Arquitectura Funcional del Dato de Mutua Madrileña. “Continúan existiendo muchos silos de información que dificultan la gobernanza de los datos”. La importancia de que exista una única versión de una misma información y que sea transversal a toda la empresa aún no ha calado del todo en el negocio. “A muchos empleados les gusta mantener su feudo porque así se sienten imprescindibles, piensan que de esta manera se aseguran su permanencia en la compañía”, contaron en el encuentro. Sin embargo, “a muchos se les quitarían las ganas de ser indispensables si de verdad existiera una cobertura 24/7 por la que tuvieran que responder a cualquier evento en cualquier momento”, puntualizaron. Ostentar este poder “fomentando los reinos de taifas” dentro de la propia empresa, se puede volver en contra de la organización en general, y de los propios empleados en particular.