Los últimos cambios tecnológicos, fundamentalmente desde la popularización de Internet, han provocado numerosas transformaciones que se han disparado con la explosión de los dispositivos móviles. Prácticamente de la noche a la mañana, las empresas han de afrontar hechos como el mercado de apps, el comercio electrónico, cloud, Big data o el último fenómeno, conocido como BYOD (Bring Your Own Device), que define la tendencia creciente de los trabajadores de querer usar su propios dispositivos personales para el desarrollo de su labor profesional.
Esta cadena de fenómenos ha modificado nuestra forma de relacionarnos, no solo en el ámbito personal sino en el profesional, y obliga a las organizaciones a plantear, desde el corazón del negocio, una serie de cambios profundos. En muchos casos, serán cambios duros pero necesarios para garantizar la supervivencia.
Por ejemplo, el fenómeno antes mencionado BYOD, exige a las organizaciones el desarrollo de nuevas aplicaciones, además del reto de garantizar la seguridad y su correcta integración con su infraestructura tecnológica. Por otra parte, el auge del Big data y el incremento del uso de los servicios basados en la nube, significa disponer de nuevas fórmulas de seguridad de los datos y no tanto de los equipos, con el objetivo de proteger la confidencialidad, tanto de los usuarios como de la información especialmente sensible.
Igualmente, el uso de apps con fines comerciales es cada vez más frecuente en todos los sectores, y el crecimiento imparable del comercio electrónico ha multiplicado exponencialmente el número de transacciones y pagos a través de la red. Igual fenómeno ha ocurrido en la industria del ocio, en la que cada vez existen más cantidad de contenidos digitales, transformado industrias como el cine, los libros o la música. Todo ello supone manejar y asegurar el buen funcionamiento de enormes cantidades de datos para que no afecte directamente al negocio, ya que éste depende directamente de la tecnología en numerosas ocasiones.
Esta situación ha provocado que asegurar la calidad de las aplicaciones se haya convertido en una tarea cada vez más importante. Nunca antes fue tan necesario realizar correctamente las pruebas de software y asegurar la calidad de las aplicaciones por su vinculación directa con el éxito o el fracaso de un negocio. Por ello, en Sogeti pensamos que la actividad de testing debe de estar integrada como una parte más del ciclo de vida de desarrollo de una aplicación. La razón es bien sencilla, ya que hemos detectado que casi el 90 por ciento de los fallos que ocurren se introducen en los procesos anteriores a la fase de testing, y específicamente entre un 50% y un 70% en las fases de diseño y definición de requisitos.
Estos porcentajes demuestran la importancia de que las pruebas se realicen desde el principio del proceso y en cada una de las fases del proyecto, no sólo al final. Con ello se consigue reducir el número de fallos y acelerar la puesta en el mercado de una aplicación, lo que representa unos ahorros de hasta el 80% tanto en tiempo como en costes. Es lo que nosotros hemos denominado “La visión PointZERO”, una metodología que tiene como objetivo incrementar el éxito en los negocios, realizando mejoras paso a paso y en paralelo durante todo el ciclo de vida de las aplicaciones, reduciendo el time to market , evitando y reduciendo costes, eliminando riesgos y alcanzando la calidad necesaria en cada caso.
En definitiva, el mundo ha cambiado e irremediablemente, las empresas habrán de hacerlo también, lo contrario es correr el riesgo de quedarse fuera del mercado.
