entrevista

“Hay que temer más la estupidez humana que la inteligencia artificial”



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Elena González-Blanco, CEO de Clidrive, de Clibrain y líder del equipo de programación que ha desarrollado LyrAIcs junto al IE University, comenta sus impresiones sobre la inteligencia artificial

Artículo publicado el 19 may 2023




Acaba de lanzar junto a varios de los mayores expertos nacionales en IA Clibrain, una startup para facilitar un uso correcto de esta tecnología adaptándola a la lengua española y con un afán de universalización. ¿Tan difícil es controlar la IA?

No se trata de controlar la IA, sino de desarrollarla de forma adecuada para que “hable” bien español. Históricamente, la IA se ha entrenado en inglés, tanto desde un punto de vista científico como comercial, y necesitamos que refleje bien las variedades del español, no solamente a través de sus distintas variantes (como el caso de Latinoamérica), sino también en todos sus registros (coloquial, académico, etc), y ámbitos de aplicación (legal, sanitario…). Es muy importante considerar todas estas particularidades lingüísticas y también el propio entorno cultural en el que hablarle a una IA no consiste en traducir “prompts” del inglés, sino el dar instrucciones como daríamos a cualquier persona en nuestra lengua.

¿Ser hispanoparlante es un hándicap a la hora de programar IA?

El español es el segundo idioma más hablado del mundo con más de 500 millones de personas. Sin embargo, la IA no es nativa en nuestra lengua y por lo tanto, sí es un hándicap y lo ha sido históricamente a lo largo de todos estos años. Buena parte de la investigación y el desarrollo en IA se ha centrado en el inglés. Sin embargo, contar con expertos en lingüística y en tecnología especializada en el español es clave para superar estos obstáculos y desarrollar soluciones precisas y confiables en nuestro idioma, y eso es precisamente lo que estamos desarrollando con Clibrain, donde tenemos un equipo y un área específica de investigación en la que trabajamos en la creación de modelos del lenguaje (LLMs) específicamente entrenados con datos y diseñados para nuestra lengua.

¿Qué novedad supone LyrAIcs para el mercado global que no tenga ya Shazam o Spotify, por decir dos plataformas en parte parecidas?

LyrAIcs nace para enriquecer la recomendación musical analizando las letras de las canciones con inteligencia artificial en español. Si la inteligencia artificial está menos desarrollada en español, en el ámbito de la poesía y de las letras de las canciones (una forma poética diferente), no se ha desarrollado apenas investigación, y es una de las formas más complejas de interpretación del lenguaje donde coexisten elipsis, metáforas y alusiones. LyrAIcs, un proyecto de investigación financiado por el programa ERC H2020 de la Comisión Europea, ha desarrollado una serie de algoritmos de IA específicamente diseñados para el análisis poético, y que han creado un producto que, mediante la tecnología de embeddings, modelos BERT y similitud, son capaces de hacer una recomendación por contenido capaz de complementar las recomendaciones actuales de aplicaciones com Shazam o Spotify, que por lo general, se basan en la música o en las preferencias de los propios usuarios, pero no en el contenido de las letras de las canciones.

Como cualquier tecnología, la IA se puede amoldar a todos los sectores económicos y a todos los ámbitos sociales, ¿puede indicarnos un sector en el que sea imprescindible el uso de la IA?

La IA afecta ahora mismo a todo, ya que es una tecnología completamente transversal capaz de transformar cualquier modelo de negocio. Con la eclosión de las IAs generativas y los LLMs (grandes modelos del lenguaje), esta tecnología es susceptible de revolucionar cualquier ámbito en el que haya texto o voz. Ahora mismo el mayor impacto que está generando es la transformación de los modelos productivos, todo el “supply chain” se va a ver muy afectado de forma positiva por la IA, comenzando por el análisis de datos que conocíamos, que cambiará a un modelo mucho más holístico y profundo. Las startup por ejemplo van a encontrar en la IA una ventana a hacer mucho más con menos, una nueva forma de ir más rápido sin perder calidad y un sinfín de posibilidades que adoptarán mucho más deprisa que las grandes empresas. Estamos viviendo un momento que además también impacta en nuestra capacidad de aprendizaje, pues ahora somos capaces de aprender más rápido y mejor… Se trata de un cambio de paradigma en toda regla donde industrias muy tradicionales, como el sector legal, van a ver una verdadera revolución, que se expandirá incluso a las industrias más creativas, como la propia generación de contenidos.

¿Es Clidrive un ejemplo de esto si lo llevamos al sector de la automoción?

¡Por supuesto! Clidrive es un ejemplo perfecto de cómo la IA se adapta al sector de las finanzas. Clidrive parte de la base de que utilizando tecnología podemos extraer valor de objetos como un automóvil sin tener que dejar de utilizarlo. Los datos y los algoritmos con los que trabajamos nos permiten poder conectar a nuestros clientes con entidades financieras, gracias a las cuales pueden conseguir un crédito en las mejores condiciones del mercado, por el solo hecho de tener un automóvil completamente pagado, en cuestión de minutos y sin moverse de casa. Mediante nuevos análisis de datos, nuestros modelos predictivos son capaces de generar respuestas muy precisas y con gran velocidad, lo que nos permite acelerar el proceso de venta sin perder un ápice de calidad, y esto es algo que siempre favorece al cliente, a quién tenemos siempre en mente para intentar ofrecerle la mejor solución en el menor tiempo posible.

¿Qué le diría a aquellos escépticos que ven la IA como un auténtico sustitutivo del hombre incluso en campos tan delicados como la medicina?

A los escépticos les diría que la IA es una herramienta que complementa y potencia la labor del ser humano, en lugar de sustituirlo por completo. Que dejen de tener miedo. La clave es encontrar el equilibrio entre el uso de tecnología y la experiencia humana para lograr nuevas soluciones y mejores resultados. La IA es una tecnología, una evolución más en la transformación digital que estamos viviendo, pero no sustituye a la persona ni tiene capacidades, es una máquina entrenada con datos que puede realizar tareas extremadamente complejas, pero no lo olvidemos: no deja de ser una máquina controlada por el hombre. Aquí me gusta recordar una frase de José Luis Codeiro, en la que explica que todos estos razonamientos no vienen motivados, por lo general, por la inteligencia artificial, sino por la estupidez humana.

¿Hay suficientes programas de formación hoy en día como para adecuar los conocimientos de la sociedad al nuevo paradigma que puede dibujar la IA en un futuro ya cercano?

Aunque existen programas de formación en IA, todavía hay un margen considerable para mejorar la accesibilidad y variedad de estos recursos, sobre todo en español. Es fundamental fomentar la educación en áreas relacionadas, como la matemática, informática y lingüística, adaptando los programas educativos y ampliando las oportunidades de aprendizaje. Así, podremos enfrentarnos a los retos que supone la IA próximamente y garantizar que la sociedad esté lo suficientemente preparada para aprovechar al máximo su potencial en todos los ámbitos.

La IA va tan sumamente deprisa, que es necesario estar constantemente actualizándose, leyendo, escuchando y con una actitud de curiosidad ante todo lo que va saliendo*. En 6 meses ha cambiado tan rápido el panorama, que esa formación se hace cada vez más necesaria. Por un lado, es sencilla porque hay miles de recursos disponibles, pero el reto es saber por dónde empezar, cómo estar al día, y sobre todo, cómo llevar al terreno de cada industria el papel de la IA y lo que con ella se puede desarrollar.

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