Entre las principales conclusiones destacan la necesidad de avanzar en la integración de datos entre las diferentes administraciones, la colaboración público-privada en la explotación de nuevas fuentes de datos y los beneficios que profesionales, empresas y otros organismos públicos pueden obtener de la publicación de información en datos abiertos.
El documento ‘El uso estratégico de los datos en el Sector Público’ es un análisis sobre los beneficios de tomar decisiones basadas en el análisis de datos activos, en tiempo real e integrados, o a partir de tres bloques temáticos:
- Gobernanza del dato
- El valor de los datos
- Datos abiertos y su relación con la transparencia y el Gobierno abierto
El beneficio de tomar decisiones basadas en datos es mucho mayor del que muchos gestores públicos pueden imaginar
Las dificultades en la gobernanza del dato asociada a la Administración General del Estado y la integración de la información aparecen como primer reto destacado para el uso estratégico de los datos en el sector público. En el caso de la AGE, los datos son de cada uno de los organismos en los que los ciudadanos los han depositado, hecho que dificulta tener una visión global y realizar una actuación conjunta para sacar provecho de forma real. “Donde sí hay capacidad de actuación es en la administración sectorial, en Justicia, Sanidad, comunidades autónomas, ayuntamientos, Agencia Tributaria, Seguridad Social… tenemos muchos datos y mayor capacidad de explotar esos datos”, afirma Andrés Pastor, Gerente adjunto de la Gerencia de Informática de la Seguridad Social. El Ingreso Mínimo Vital es un ejemplo de gobernanza dentro de los ámbitos específicos de los organismos, o la elaboración del censo de población y vivienda del INE, construido a partir de centenares de ficheros administrativos. “Un hito que solo una decena de países consiguen, entre ellos España”, apunta Antonio Argüeso Jiménez, Subdirector General de Estadísticas Sociodemográficas (INE).
La búsqueda de nuevas fuentes de datos se menciona como el reto más innovador que deben afrontar y el cambio de paradigma en el Instituto Nacional de Estadística es revelador. Han pasado de realizar encuestas a utilizar fuentes diversas e integrarlas. Así ha ocurrido con el uso de datos de operadores móviles para obtener indicadores de movilidad. Unos datos muy demandados durante la pandemia, explica Argüeso, y un ejemplo de proyecto de colaboración público-privada que han explicado en decenas de oficinas de estadística del mundo. Señala, además, la necesidad de comunicar a la sociedad cuál es el valor añadido de la estadística pública. “El valor del sesgo, de la imparcialidad, la calidad…. A nosotros nos supone un trabajo muy intenso”, afirma.
Afrontamos muchos retos, pero me quedo con uno: impulsar la cultura del dato a todos los niveles de la administración
José Borja Tomé, Director de Informática Tributaria (AEAT), coincide en la importancia de esta concienciación a la ciudadanía por parte de las administraciones públicas, y se refiere al equilibrio entre privacidad y uso de los datos. En su opinión, la garantía de seguridad y el cumplimiento de la normativa de protección de datos es una dimensión destacada de cualquier organización que quiera crecer en el uso de los datos. Pero, matiza, “cómo percibe la sociedad el uso de los datos es uno de los retos, que la ciudadanía nos habilite a usar esa información, ya que si el uso de los datos es muy restringido el valor obtenido será menor”.
Un ejemplo reflejado en el documento sobre las ventajas del uso estratégico de los datos es el portal sobre la situación epidemiológica del coronavirus de la Junta de Castilla y León, en el que, además de ofrecer transparencia en la información a la sociedad, publican hasta 30 conjuntos de datos que usan investigadores y medios periodísticos para obtener sus propias conclusiones. Antonio Ibáñez Pascual, jefe de servicio de Transparencia y Reutilización de la Información, explica que desde la Junta de CyL colaboran en esta tarea, ayudando a generar una visualización que sirva para el trabajo diario de la organización. “Cerramos así el círculo, y conseguimos dar más valor a los datos, proporcionarlos a la ciudadanía y que el propio empleado público funcional sea capaz de sacar mayor valor a los datos que estaba explotando. Ayudamos no solo a ser más transparentes, también a explotar internamente esa información”.
Andrés Iborra, director de Business Unit Performance & Data de Inetum, con la perspectiva que aportan los distintos proyectos realizados tanto en la administración como en el sector privado, apuesta por aprovechar el dato en tiempo útil, un ámbito en el que la aplicación de inteligencia artificial permita no solo anticipar, sino actuar en los condicionantes que favorezcan o impidan la ocurrencia de un determinado hecho.