En el panel ‘Metaverso e IA: impacto real en las organizaciones’, cuatro invitados de lujo pusieron sobre el tapete los horizontes que la inteligencia artificial abre a las organizaciones y el replanteamiento que supone dentro de los procesos corporativos.
De las empresas presentes en el panel, Repsol ha sido una de las más decididas a la hora de tomar cartas en el asunto en materia de IA, como atestigua Óscar Campillo, gerente de Arquitectura Comercial. Durante el plan 2017-22 han llevado a cabo una transformación digital con un objetivo muy claro: convertirse en una empresa ‘data driven’. “Pensamos que la IA tiene el mayor poder transformador de todas las tecnologías y por eso nuestra apuesta es muy fuerte”, enfatiza Campillo. Y en este proceso, el experto señala como principal reto ‘el cultural’, pues data driven significa un cambio en el modo de trabajar. Otro reto que apunta el experto es cómo productivizar las iniciativas digitales, “tienes que traerte un montón de datos, ver dónde están, cómo me los traigo, cómo los trabajo y entreno a los modelos, todo ello a través de una plataforma que te sirva de acelerador y que no tengas que empezar siempre de cero”. Repsol tiene la plataforma Aria sobre nube pública de Azure, que se ha convertido en “su cerebro analítico”.
Se ha producido un efecto FOMO con relación al metaverso
Otra aproximación diferente a la IA viene de la mano de ClarkeModet, firma de 143 años dedicada a la protección del derecho de la propiedad industrial e intelectual. Según relata Álvaro Ramos, IP senior consultant, “Hace diez años decidimos incorporar tecnología a nuestros servicios. Lo primero que hicimos fue desarrollar una herramienta de blockchain que nos permite proteger cualquier activo intangible, de tal manera que si un cliente está desarrollando un algoritmo con IA podamos protegerlo tanto vía blockchain como vía secretos profesionales. Hemos creado una plataforma para la búsqueda retrospectiva de patentes en la que hemos necesitado incorporar inteligencia artificial para enseñar a ese motor de búsqueda a ser más preciso y sencillo. Pero bien es cierto que la IA en nuestro sector está todavía por descubrir”. En el mundo de la abogacía, la IA puede ser una bomba, cuando sea capaz de redactar una demanda, ¿podrá quitarles el trabajo a los letrados? Ramos no cree que suceda, pero lanza al aire algunas preguntas inquietantes: ¿cómo se discute el resultado final de un producto con IA?, ¿de quién es ese derecho?, ¿es del creador de la máquina o del algoritmo?, ¿la máquina puede ser titular de un derecho de propiedad intelectual?
Alejandro Expósito, CIO de Merck, se permite bromear con el asunto: “Si la máquina cotiza y nos paga la jubilación, adelante”. Y es que, efectivamente, Merck es una empresa inmersa en la IA desde hace años: “En 2014 la FDA (Administración de Alimentos y Medicamentos de EEUU) aprobaba el uso de algoritmos para desarrollar nuevos medicamentos gestionados por inteligencia artificial. En Merck trabajamos con ella siempre con el propósito de salvar y mejorar la vida de las personas. La utilizamos en ayudar a la toma de decisiones de un comercial o en el desarrollo de nuevos medicamentos. También ayudamos a los pacientes crónicos, seguimiento y formación…”. Se prevé que la IA ahorre unos 70.000 millones de aquí a 2028 en investigación y desarrollo de futuras medicinas, tanto en plazo como en costes. La IA también es una herramienta muy útil para el diagnóstico de enfermedades ayudando a los facultativos a ser más rápidos y certeros.
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Prosegur empezó a trabajar en este ámbito hace tres años cuando creó un Estudio de IA con el foco puesto en la operativa, como indica Ignacio San Román, manager Robotics and IA and Data. “Hemos desplegado proyectos que han eficientado los costes en un 30% o un 40%. Eso de tener un operador viendo 50 pantallas a la vez es cosa del pasado. La IA es capaz de decirle al operador dónde tiene que fijarse en cada momento, en qué cámaras puede estar ocurriendo algo y tiene que prestar atención”. Prosegur también ha afinado en el negocio de alarmas, son capaces de discernir qué alarmas son verdaderas, el 90% de las que se producen son falsas, por error o descuido. Estos tres años han marcado una senda de innovación que ha permitido a Prosegur abordar su transformación.
Metaverso
En relación con el otro tema de debate, el metaverso, Álvaro Ramos señala que “existen los metaversos centralizados y descentralizados donde es más difícil reclamar si se produce una vulneración de la propiedad industrial. Si la infracción se produce en Meta será más fácil la reclamación. Se ha desinflado el mundo del metaverso, precisamente por la desinversión de Zuckerberg”. Para Ramos, el metaverso tiene sentido en el gaming o en la moda. Expósito aprecia que se ha producido un efecto FOMO (temor a dejar pasar) del metaverso, “las empresas deben decidir si crear una plataforma propia con sus propias reglas o unirse a una con reglas de un tercero. En el mundo de la salud tiene sentido el metaverso, ya existe un hospital, y a los profesionales los puede preparar para enfrentarse a situaciones reales, como cirugías o diagnósticos”. Para Campillo, el metaverso tiene sentido en todos los sectores: “En el futuro va a ser un canal más, igual que ahora son las redes sociales, lo único que cambiarán son las experiencias”. En Prosegur, “estamos preocupados porque sea posible que te roben tus bienes en el metaverso o que alguien ocupe tu casa virtual, y una de las tecnologías que nos va A ayudar es blockchain. Tenemos más preguntas que respuestas sobre cómo abordaremos la protección de las personas y los bienes virtuales”.