¿Con qué objetivo nació New Horizon Technologies?
D. F.: NHT es una empresa española creada para poner en marcha proyectos de Inteligencia Artificial (IA) aplicados al mercado financiero. Para eso se apoya en Ultramarine, una tecnología que hemos ido desarrollando y mejorando desde 2014.
¿En qué consiste la tecnología Ultramarine?
D. F.: Ultramarine es una tecnología de gestión inteligente que utiliza estrategias de inversión basadas en IA. Su objetivo es optimizar la gestión de los activos y reducir su riesgo. Mediante proyecciones aprende a través de técnicas de machine learning y deep learning de cada una de las operaciones que analiza, de manera que está en constante aprendizaje. Reconoce patrones y crea arquetipos que ayudan a mejorar el rendimiento de las operaciones. Continuamente evalúa el éxito de las estrategias de inversión y su adaptación al mercado.
¿Cómo funciona?
D. F.: La IA Ultramarine extrae sus datos de cientos de fuentes de análisis técnicos y fundamentales, siendo capaz de traducir a código binario las noticias de redes y plataformas que podrían tener un impacto en los mercados financieros y de divisas. Nunca comete un error dos veces. Lee, aprende, analiza, combina, predice y calcula 24/7/365. Una gran ventaja de esta tecnología es prescindir de los sentimientos o emociones que suelen condicionar la gestión humana. Cuenta con más de 20 algoritmos y una IA que los regula y calibra constantemente.
¿Dónde se ha puesto en práctica?
D. F.: La tecnología está destinada a instituciones financieras, grandes patrimonios y corporaciones. Actualmente nos encontramos en plena expansión nacional e internacional. Además de las oficinas centrales en España, estamos presentes en Monterrey (México), Dubái (Emiratos Árabes Unidos) y Nueva York (Estados Unidos). La rentabilidad acumulada conseguida en los últimos cuatro años alcanza el 140%.
En un mercado tan cambiante como en el que nos encontramos y con la palabra ‘crisis’ planeando sobre los próximos meses, ¿cómo puede ayudar la Inteligencia Artificial a reducir los riesgos?
D. F.: Ultramarine nace con el principal objetivo de preservar el capital, algo fundamental, sobre todo, en escenarios de crisis. Su configuración permite adaptarse de manera instantánea a la situación del mercado. Nos hemos esforzado para llegar a tener una reducción del riesgo diario por debajo del 1%, y si no hay una probabilidad de éxito del 87,5% automáticamente no actúa.
Un ejemplo lo hemos vivido con el covid. Durante la primera semana de la crisis el sistema se paralizó al no encontrar patrones capaces de entender lo que estaba sucediendo.
Después comenzó a microtestear el mercado para saber si las conclusiones a las que iba llegando eran lógicas en ese escenario. Hasta la quinta semana de testeos no recuperó el ritmo en cuanto a cantidad y volumen de operaciones, una vez que tuvo claro el escenario al que se enfrentaba.
¿Por qué centró su proyecto en el sector financiero? ¿Tiene en mente ampliar su visión a otros sectores?
D. F.: Estudié ADE y me especialicé en mercados financieros. Al mismo tiempo desde muy joven me atrajo la tecnología y especialmente la Inteligencia Artificial (IA). Esto me llevó, de manera autodidacta, a desarrollar modelos propios y entre ellos surgió la posibilidad de crear uno en concreto para ayudar a preservar el capital de mi familia. Luego ese modelo lo fui perfeccionando hasta convertirse en lo que hoy es Ultramarine.
Ahora estoy trabajando en el desarrollo, a través de otros proyectos, de modelos de IA enfocados a sectores como salud, defensa o turismo que espero que se vayan concretando en los próximos meses.
¿Cómo ha evolucionado la IA en estos últimos años?
D. F.: Los nuevos sistemas de computación han permitido que los modelos más complejos de Inteligencia Artificial puedan empezar a trabajar y a obtener más conclusiones con más datos. Hace una década la digitalización prácticamente no era plena dentro de todos los sectores y hoy sí lo es. Esto permite la creatividad del desarrollo en ámbitos como la salud, finanzas, defensa… En cualquier campo hay avances muy significativos.
¿Cómo cree que está el desarrollo de la Inteligencia Artificial en España? ¿Estamos al nivel de lo que ocurre en otros países?
D. F.: Primero creo que habría que identificar y definir de manera correcta qué es la Inteligencia Artificial. No se trata de sistemas automáticos a los que se les aplique machine learning, sino de la inteligencia profunda que funciona a través de grandes bases de datos.
En España hay avances y, desde luego, grandes expertos. A nivel técnico y de talento podemos estar a la altura de las grandes compañías de Silicon Valley. Lo que hace falta, a lo mejor, es un poco más de iniciativa, mayor inversión, mayores fondos que apoyen estos proyectos.
¿Dónde cree que está o puede estar el límite de la Inteligencia Artificial?
D. F.: La computación cuántica va a abrir los límites que hoy en día existen alrededor de la IA. Creo que realmente vamos a construir sistemas más inteligentes, capaces y ágiles que los seres humanos en la mayoría de las tareas. Nos van a ayudar en las más pesadas tanto de razonamiento como de toma de decisiones, con lo cual no veo una limitación más allá del tiempo que implicará su generación.
Uno de los elementos que más preocupa en la actualidad es el de la ciberseguridad. ¿Puede la IA protegerse a sí misma?
D. F.: Sin duda. De hecho, hoy en día ya hay grandes empresas que están utilizando IA en modelos de ciberseguridad dinámicos. Es decir, cortafuegos dinámicos para sistemas de hackeo manual o sintéticos. En nuestras oficinas en Dubái, por ejemplo, tenemos de vecinos a una compañía dedicada a este campo. Nos encontraremos con IA luchando contra IA en tiempo real. Lo que marcará la diferencia ahí será la capacidad de computación.
