Javier de la Cuerda, Executive Vice President de Telvent Global Services
Nos encontramos en la era en la que todo está completamente interconectado. El diseño de todas las cosas que usamos en nuestro día a día y las telecomunicaciones nos permiten manejar una cantidad enorme de información. La correcta gestión de esta información nos permite múltiples opciones de mejora operativa, si bien, nos genera nuevos riesgos ante los que nos debemos proteger. Esta nueva realidad a la que nos lleva la evolución tecnológica, nos permite la conexión de dos mundos. Por un lado está el mundo de la producción, de la industria y de la operación y por otro, el mundo de la gestión empresarial. En ambos dos, nos encontramos con diferentes tecnologías (OT y IT), cuya convergencia marca una ventaja competitiva para los que sepan aprovecharla.
Cuando analizamos en detalle el alcance a cubrir, nos encontramos con la necesidad de tener una visión completa que abarque desde las redes de campo, las redes de control, las redes de operación hasta las redes empresariales, exigiendo una aproximación holística mediante soluciones de consultoría, integración y de explotación. La conexión de los potentes sistemas de control con los equipos de campo, junto con la integración de las soluciones inteligentes de ingeniería y el enlace con los sistemas ERP nos permite garantizar la toma de las mejores decisiones en tiempo real así como la correcta proyección del negocio en función de la correlación de toda la información. No obstante, es preciso ser consciente de los retos que esta oportunidad nos supone.
Nos encontramos en entornos más complejos, más críticos, con nuevos protocolos, con situaciones regulatorias diferentes por países, y por último, mucho más expuestos a amenazas cibernéticas. Por ello, en esta compleja conexión de los mundos, es preciso asegurar el uso de las mejores prácticas, el cumplimento de los distintos entornos regulatorios, la reducción al máximo de los costes de mantenimiento y el incremento de la disponibilidad, de la seguridad y de la fiabilidad de la información generada. Debemos conseguir una solución que nos permita reducir el TCO (Total Cost of Ownership) al tiempo que incrementamos el retorno de la inversión. Si tuviera que simplificar, para asegurar la correcta interconexión de ambos mundos, yo diría que las tecnologías de la información deben responder a tres grandes retos: La Digitalización, la Optimización y la Ciberseguridad.
La Digitalización permite a las compañías una mayor eficiencia y disponibilidad de la información. La convergencia de los sistemas industriales con la revolución de internet y de las tecnologías de la información, permite un mejor uso de los activos. Para ello es preciso integrar soluciones que permitan la interconexión con los equipos de campo, la interoperabilidad de los sistemas, la gestión de los activos, la correlación de los eventos, la conexión con distintas fuentes de datos y la presentación de la información para la toma de decisiones.
En el ámbito de la Optimización, el gran reto para las organizaciones es el de conseguir más con menos. Sin duda el principal objetivo es reducir la complejidad de las operaciones de negocio mediante las tecnologías de la información. En este punto, tiene fundamental importancia la consolidación de los centros de datos, la simplificación de los sistemas de monitorización y de administración de los sistemas IT y el seguimiento continuo de los niveles de servicio mediante la identificación de los indicadores necesarios para la interrelación con el negocio. Aquí es importantísimo contar con una visión extremo a extremo de los elementos tecnológicos que encontramos en los dos mundos. Por último, en el ámbito de la Ciberseguridad, es clave asegurar tanto la información como la disponibilidad del servicio. Es preciso definir las reglas y procesos que nos permitan proteger a los sistemas y realizar un continuo control de posibles riesgos. Por ello, lo primero es tener claro cuáles son los posibles impactos en el negocio por una indisponibilidad o acceso indebido a la información. Una vez que esto esté claro, hay que implementar el equipamiento y los procesos adecuados para proteger los sistemas.
Por último, debemos monitorizar de manera constante cada uno de los elementos, identificando posibles riesgos por la mera correlación de eventos no habituales. Sin duda hoy tenemos muchas oportunidades en la conexión del mundo de la operación industrial con el mundo de la información empresarial. Seremos más eficientes, preveremos mejor el futuro y marcaremos nuevas ventajas competitivas.
