Si hacemos balance de los términos más frecuentes de revistas y medios en 2017, aparecen Big Data y transformación digital con una fuerte correlación positiva, cuyo significado no puede ser otro que Big Data sea una de las mayores palancas de transformación e innovación que hoy tenemos en nuestras empresas. Hemos escrito ríos de tinta durante todo el año sobre este fenómeno, pero en este anuario, quisiera destacar algunos textos, reflexiones y tendencias de futuro…
Todavía recuerdo aquella historia relatada en el libro ‘El poder de los hábitos’ (Urano, 2012) por el periodista ganador del premio Pulitzer Charles Duhigg, donde destacaba el poder de los datos en una sociedad hiperconectada.
Los hechos tuvieron lugar en Minneapolis (EE UU). Un hombre entró furioso en un establecimiento exigiendo ver al encargado. “Mi hija ha recibido esto”, dijo el señor mostrando unos cupones de ropa para bebé. “Todavía está en el instituto, ¿acaso intentan animarla a que se quede embarazada?”… No se trataba de un error, la joven estaba esperando un niño y el innovador software de la cadena de grandes almacenes Target había logrado predecirlo en base a las búsquedas en Internet de la futura madre. Se trata solo de un pequeño ejemplo de hasta qué punto el Big Data juega un papel central en nuestras vidas y en la estrategia de las empresas.
En la última década, la sociedad ha vivido una revolución digital que ha transformado por completo el modo en el que vivimos, trabajamos, aprendemos y pensamos: la revolución del Big Data
La disponibilidad y acceso a los datos han experimentado una explosión sin precedentes y, por tanto, necesitamos asimilar y desplegar todo su potencial.
Me gusta definir Big Data como la intersección de estrategia de negocio y ciencia de los datos, ofreciendo nuevas oportunidades para crear ventajas competitivas. Big Data permite a las empresas utilizar los datos como un activo estratégico: disponer de información relevante en tiempo de decisión, erradicar procesos operativos ineficientes, mejorar la experiencia de clientes, sacar provecho de nuevos mercados, etc.
Nos estamos moviendo desde una cadena de valor tradicional lineal a otra circular donde se integran todos los puntos de contacto con el cliente a lo largo del ciclo de vida, desde la ideación y la co-creación, hasta la personalización, feedback e insights para volver a alimentar el ciclo.
Para muchas empresas y negocios, Big Data es ya hoy la ruta crítica para desarrollar nuevos productos /servicios / modelos de negocio y estoy convencido de que va a ocupar, cada vez más, una gran parte de la agenda de los directivos y sus equipos.