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Miguel Ángel Segura (ABAST): “La observabilidad nos permite adelantarnos a los acontecimientos, sino hablamos de monitorización”



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Hablamos con Miguel Ángel Segura, Business Development Manager del área IT Governance de ABAST, sobre qué es la observabilidad y cómo se aplica en las empresas

Publicado el 27 nov 2024



ABAST
Miguel Ángel Segura, Business Development Manager del área IT Governance de ABAST

Hablamos con Miguel Ángel Segura Business Development Manager del área IT Governance de ABAST, sobre qué es la observabilidad y cómo se aplica en las empresas

Todo el mundo habla de observabilidad pero, ¿qué diferencia realmente la observabilidad de la monitorización tradicional?

A nivel teórico hay bastantes diferencias, pero, a efectos prácticos, se habla de observabilidad como el nivel de visibilidad deseado sobre los servicios de IT, algo que la monitorización tradicional no llega a alcanzar. Por ejemplo, con la monitorización tradicional supervisamos que no se produzcan errores que sabemos de antemano que pueden producirse. Pero ¿qué sucede si pasa algo inesperado?

En general, se tiende a pensar en la observabilidad como en la monitorización de métricas, logs y trazas. Y efectivamente, todo esto es necesario, pero no suficiente. Al hablar de observabilidad, deberíamos poder hacer frente a situaciones desconocidas, adelantarnos a los problemas y ofrecer información valiosa a tiempo para la toma de decisiones. Si no, realmente seguimos dentro del ámbito de la monitorización.

¿Cuáles son los principales desafíos de la observabilidad en los servicios IT?

Está claro que la propia evolución de la tecnología es un reto y, en parte, por eso la observabilidad es casi obligatoria. Cada día los sistemas son más complejos e implementados en arquitecturas híbridas. Además, con los microservicios se incrementan exponencialmente los componentes de los servicios y el número de dependencias a considerar. Estos servicios también son más dinámicos, ya que tecnologías como los contenedores han transformado el enfoque tradicional, permitiendo una mayor adaptabilidad y escalabilidad.

Y por si no fuera poco, todo esto ocurre en un contexto en el que los cambios se producen a un ritmo acelerado gracias a metodologías como DevOps, que hacen que los sistemas tradicionales de monitorización resulten poco eficientes.

Pero para mí, el principal reto para alcanzar la observabilidad es el volumen ingente de información que es necesario recopilar, procesar y analizar, prácticamente en tiempo real. Por suerte, la tecnología en este ámbito también ha evolucionado muchísimo y el big data o la inteligencia artificial ya nos permiten hacerlo.

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¿Cuáles son los aspectos más importantes que se deben tener en cuenta al implementar una estrategia de observabilidad en una organización?

Lo primero es analizar los servicios que ofrece la organización para saber con qué nivel de observabilidad nos sentimos cómodos. Es posible que para nuestros servicios críticos requiramos perfeccionar mucho nuestros sistemas de supervisión, y en cambio, para otros menos “sensibles”, con una buena monitorización más tradicional ya sea suficiente. Al final, como con cualquier otra iniciativa, hay que hacer un análisis de coste-beneficio y priorizar en términos del negocio.

Normalmente, se habla de diferentes niveles de madurez en cuanto a la observabilidad y es cuestión de saber en qué nivel estamos y dónde deberíamos estar para definir nuestra hoja de ruta. El primer nivel sería el de la monitorización tradicional, donde disponemos de métricas e indicadores para identificar problemas conocidos. El segundo nivel se alcanza cuando introducimos logs y trazas para poder investigar problemas. En el tercer nivel introducimos dos variables más: las relaciones entre componentes y las líneas base, para obtener información correlada, entender qué ha fallado, por qué ha fallado, cuándo empezó el problema y qué impacto ha tenido. Y si añadimos la inteligencia artificial para la detección temprana de anomalías estaremos en el último nivel, el de la observabilidad proactiva con AIOps.

Dirige la división de IT Governance de ABAST, ¿nos puede explicar qué servicios ofrecéis?

Nuestra división ofrece soluciones para que los departamentos de IT trabajen de forma más eficiente y actualmente tenemos un porfolio dividido en tres grandes bloques: Plataformas de Gestión de Servicios (ITSM), automatización de procesos IT y observabilidad. Y en estos tres bloques ofrecemos servicios a medida para cubrir cualquier necesidad de nuestros clientes: diseño de soluciones, implementación, administración, evolución, creación de integraciones y formación.

ABAST lleva más de 25 años ofreciendo este tipo de soluciones, ¿cuál es el secreto para llevar tantos años siendo referentes del sector?

Creo que es una combinación de muchos factores, pero yo destacaría los siguientes: en primer lugar, ABAST es una compañía centrada en el cliente y eso nos proporciona un posicionamiento privilegiado. Cuando conoces de primera mano cuáles son las necesidades e inquietudes de tus clientes, es cuando realmente puedes ofrecerles un servicio de mucho valor. Nos encanta trabajar codo con codo con nuestros clientes y poner a su disposición toda nuestra experiencia y conocimiento. 

Llevamos años capacitando a nuestros equipos, no solamente en las tecnologías que implementamos, sino también en las tecnologías que debemos supervisar

Por otro lado, sabemos que nuestra verdadera fortaleza reside en nuestra capacidad técnica. Contamos con un equipo técnico muy estable y con un nivel de capacitación altísimo. Y cuando introducimos cualquier solución a nuestro porfolio, nuestro objetivo siempre es llegar a ser los mayores expertos en esa tecnología. Algo que, con nuestro equipo, los entornos de cliente en los que trabajamos y nuestra vocación por la innovación, hasta la fecha siempre hemos conseguido.

Y tampoco nos podemos olvidar de nuestras alianzas estratégicas con los fabricantes. Disponer de las soluciones más punteras del mercado y que realmente aporten valor a los clientes es clave para habernos podido mantener durante tantos años. Desde nuestros inicios como pioneros en España en soluciones de IT Management con HP OpenView a nuestra firme apuesta por Dynatrace, siempre hemos tenido la suerte de contar con compañeros de viaje que nos han empujado a innovar y nos han ayudado a posicionarnos en los entornos más complejos.

¿Qué tendencias y cambios anticipa en el ámbito de la observabilidad para los próximos años? ¿Cómo se están preparando para ellos?

Como comentaba antes, las necesidades en cuanto a la observabilidad vienen marcadas por la propia evolución tecnológica. Llevamos años capacitando a nuestros equipos, no solamente en las tecnologías que implementamos, sino también en las tecnologías que debemos supervisar. Sólo podemos implementar soluciones complejas de observabilidad y ayudar a los clientes a interpretar sus resultados si conocemos a la perfección tendencias como el cloud computing, DevOps, contenedores, microservicios, etc.

Y respecto a las plataformas de observabilidad, las que son líderes del mercado son las que están marcando el camino, e invertimos mucho para que nuestros equipos estén al día de estas tecnologías. Me refiero, por ejemplo, a la aplicación de la inteligencia artificial para la identificación proactiva de problemas y análisis de causa raíz, la automatización de respuesta ante incidentes o aprovechar las trazas recogidas para proporcionar información relevante para negocio en tiempo real.

Pero también estamos muy atentos a todas las iniciativas opensource que cada vez están más presentes en el segmento Enterprise. Llevamos más de 10 años construyendo soluciones de observabilidad basadas en diferentes proyectos opensource con unos grandísimos resultados, y esto también es algo que valoran mucho los clientes. A menudo, la solución más eficiente pasa por implementar una plataforma híbrida con soluciones de mercado y software libre.

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