OPINIÓN

Inteligencia Artificial para reducir el fraude financiero



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La IA es un elemento clave para mejorar el negocio, pero, sobre todo, para ayudar a que los clientes de las entidades financieras se sientan más protegidos

Publicado el 19 jul 2024

Manuel Piñeros

director de desarrollo de negocio en TransUnion España



fraude bancario

IA y fraude

En la actualidad, la Inteligencia Artificial está presente en muchas iniciativas tecnológicas y proyecto de desarrollo de negocio en las organizaciones de cualquier industria, pero especialmente en las entidades financieras y en las compañías de telecomunicaciones. Sin duda, se trata de una tecnología que ha demostrado su utilidad mejorando los procesos, incrementando la productividad, consiguiendo una reducción en los costes operativos y optimizando la experiencia de los usuarios.

La gestión de identidades es fundamental en cualquier interacción: es la mejor forma de hacer saber a nuestros clientes que los conocemos, que nos preocupamos por ellos y que estamos preparados para ayudarles y protegerles

MANUEL PIÑEROS, TRANSUNION

Sin embargo, como todo en la vida, es crucial saber aprovechar las funcionalidades de la Inteligencia Artificial para evitar caer en el caos y el desorden, especialmente cuando se trabaja con datos sensibles, como ocurre en dichas entidades financieras.

Tener una visión lo más completa posible de cada cliente, reconocer sus necesidades en tiempo real y ser capaces de anticipar cualquier cambio en su situación personal es algo que se puede conseguir gracias a una correcta combinación del uso de tecnologías de IA, ML y cloud.

Gestión de identidades

La gestión de identidades es fundamental en cualquier interacción: es la mejor forma de hacer saber a nuestros clientes que los conocemos, que nos preocupamos por ellos y que estamos preparados para ayudarles y protegerles. Pero, para ello, las organizaciones tienen que poder conectar datos dispares procedentes de fuentes diversas, filtrando el ruido y obteniendo respuestas sobre capacidades de endeudamiento, riesgos o incluso fraude, sin perder de vista el cumplimiento de la regulación existente en todo momento. Y todo ello debe ser analizado en tiempo real y ser visible desde una plataforma única

Es fundamental que se construyan capas que permitan: gestionar los datos, ya sean propios o públicos, relativos al historial crediticio o no, online y offline…; conectar identidades digitales y personales con precisión y en tiempo real; realizar análisis combinando inteligencia humana con IA o con Machine Learning con el objetivo de generar acciones que permitan la prevención y la reducción del fraude;  cumpliendo con la legislación propia de cada mercado permitiendo realizar auditorías de forma rápida y sencilla cuando sea necesario.

Proteger a los clientes

En EEUU, por ejemplo, TransUnion tiene acceso a información sobre 250 millones de adultos en 125 millones de hogares, 1.900 millones de números de teléfono, más de 1.000 millones de dispositivos conectados y 1.600 millones de cuentas de correo electrónico, lo que significa que, siempre cumpliendo con la regulación de protección de datos, con la tecnología adecuada es esencial, y muy importante comprender qué conclusiones podemos extraer sobre los comportamientos de los clientes y cómo ofrecerles los mejores servicios y protegerles.

Reducir los falsos positivos nos beneficia a todos

Todo esto puede ayudar a reducir el fraude –especialmente si hablamos de los falsos positivos- al conectar identidades tradicionales offline con datos no estructurados que podemos encontrar online, como análisis de comportamiento, uso de dispositivos o de correos electrónicos, entre otros. De la misma manera, también promueve una experiencia de usuario satisfactoria, ya que las herramientas facilitan la distinción entre clientes legítimos y dudosos o defraudadores.

Para esto, es fundamental también aplicar técnicas específicas para reconocer a los clientes en cualquier momento del ciclo de vida en el que se encuentren. Este enfoque permite establecer relaciones de confianza sobre identidad, historial de fraude o de blanqueo de capitales antes de que se finalice cualquier transacción. Para ello, son solo necesarios dos pasos: verificación de la autenticidad de la información ofrecida (identidad, correo, teléfono, dispositivo, por ejemplo) y validación de la identidad (con reconocimiento facial o de los documentos presentados).

Como vemos, la Inteligencia Artificial se ha convertido en un elemento clave para mejorar el negocio, pero, sobre todo, para ayudar a que los clientes de las entidades financieras se sientan más protegidos sabiendo que las transacciones que realizan con su banco son seguras y no van a ser víctimas de una estafa.

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