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Moisés Camarero, CEO de Compusof: “La educación es la clave para asumir los retos laborales del futuro”



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Una revolución digital está en marcha y urge establecer nuevas reglas de conocimiento, más flexibles y adaptadas a un entorno híbrido y volátil

Publicado el 10 jul 2024

Rufino Contreras

Redactor Jefe



Moises Camarero

El futuro del puesto de trabajo según Moises Camarero, Compusof

Tendencias laborales

En esta entrevista, Moisés Camarero analiza las principales tendencias laborales de los próximos años, donde se observa mayor flexibilidad y un modelo híbrido de trabajo. La llamada Gig Economy pretende sustituir los puestos de trabajo por encargos de proyectos y horarios flexibles, valorando la capacidad de adaptación de los profesionales.  La propuesta de Device as a Service (DaaS) se adapta a estas tendencias al ofrecer flexibilidad y adaptabilidad a través de un modelo de suscripción que incluye dispositivos, software y servicios. La educación y la formación continua serán cruciales para preparar a la fuerza laboral para los nuevos desafíos, con una creciente demanda en sectores como las TIC y la Sanidad.

¿Cuáles son las principales tendencias que se esperan en el mercado laboral en los próximos años?

En los últimos años lo que estamos viendo es que el trabajo se está haciendo más flexible. Y también híbrido, en el sentido de que una parte se desarrolla en la oficina, otra parte se hace fuera de la oficina, o bien puede ser en movilidad. También estamos viendo que en muchos casos se lleva a cabo en remoto, mediante trabajos por proyectos o el propio modelo de freelance. Es la nueva Gig Economy. Entonces vamos hacia una fuerza laboral que no solo va a estar configurada por puestos de trabajo fijos con horarios fijos, sino con horarios a tiempo parcial y flexibles. Y esto va a suponer que en el futuro se va a valorar que el trabajador tenga gran capacidad de adaptación.

¿Seguirá el ordenador personal siendo el eje central del puesto de trabajo en este escenario tan heterogéneo?

Yo creo que ahora los trabajadores, al convivir en un entorno híbrido, van a tener que disponer de los mismos recursos que hay en su empresa en todo momento y lugar. Por tanto, van a tenerlos consigo en su casa o allá donde trabajen. El ordenador va a ser más necesario que nunca, si bien complementado por un dispositivo móvil, que todos llevamos, pero que carece de la potencia suficiente, ni pantalla o teclado suficientes, para poder trabajar. Ni para modelos de IA que puedan correr en local o para las aplicaciones que necesito para mis tareas habituales. El PC seguirá siendo el centro, quizá tiene más sentido que nunca.

Yo creo que la colaboración público-privada en esa transformación puede ser extremadamente interesante. Hay que transformar modos de trabajo y también conocimientos de la gente. Como dijimos, debe cambiar el modelo educativo, pues a lo mejor son las empresas las que deben formar a sus trabajadores en las nuevas tecnologías, a cambio de un algún incentivo fiscal

MOISÉS CAMARERO, CEO DE COMPUSOF

¿Podrá llegar el momento que el móvil arrebate la hegemonía la PC?

Bueno, nosotros lo que vemos es que casi todos los trabajos tienen un dispositivo móvil pequeño, sobre todo para comunicación. Y luego tienen un PC, un ordenador portátil en muchos casos. Aquí varía la potencia del procesador y el tamaño de la pantalla. Por el momento, el móvil sigue estando relegado para tareas de comunicación.

¿Cómo encaja la propuesta DaaS (Device as a Service) en esta evolución que comentas?

Si hablamos de que la fuerza laboral va a ser más flexible, remota e híbrida, compartiendo diferentes modalidades de trabajo (oficina, teletrabajo, por horas…), creemos que DaaS cobra todo el sentido. El modelo DaaS se adapta tanto a usuarios que requieren de mucha potencia como poca. No olvidemos que el puesto de trabajo no está formado solo por un dispositivo, sino que abarca software y servicios. Si el dispositivo va a ser propiedad de un banco, mediante renting o de la empresa, esto se convierte en una opción financiera. DaaS ofrece la flexibilidad suficiente en función de las necesidades de un puesto de trabajo a cambio de un pago mensual para cubrir los requerimientos particulares de cada trabajador.

¿Crees que el modelo DaaS es rentable para las empresas?

Es un modelo interesante, porque nos dirigimos hacia una economía de mayor valor añadido por trabajador, y este se tiene que centrar en su actividad principal. Yo no entiendo de ciertos problemas que tiene mi coche, pero si se estropea necesito uno de repuesto para poder seguir utilizándolo. Creo que DaaS encaja como anillo al dedo con independencia de la modalidad de la propiedad. ¿Quién es el propietario del equipo? Bueno, pues eso cada empresa o cada organismo decidirá, pero sí que es verdad que los servicios y el software deben adaptarse. Es más, no solo son los servicios o el software, sino cómo se configura ese equipo. Con la inteligencia artificial se puede conseguir que ese equipo se configure de una forma óptima para el uso que le va a dar cada trabajador.

¿Qué sectores o industrias tendrán mayor demanda de trabajadores?

Sobre todo, en servicios, donde el valor añadido no está en la máquina ni en el software, sino en el uso que se le da. Tecnologías de la Información va a ser claramente un sector que va a crecer concretamente en las siguientes áreas: analítica de datos, programación, inteligencia artificial y ciberseguridad. Otros sectores que van a crecer mucho son la sanidad, por todos los avances que está habiendo en biotecnología. La educación jugará un papel esencial para poder cubrir las futuras demandas.

¿Qué efecto tendrá la inteligencia artificial y la automatización en el empleo?

Es cierto que existe una preocupación con la inteligencia artificial respecto a qué va a ocurrir con los puestos de trabajo. La IA va a conllevar pérdida de empleo, pero a cambio se va a generar una gran cantidad de trabajo nuevo y diferente. Entonces, la formación es fundamental para que la fuerza laboral pueda acceder a esos nuevos puestos de trabajo.

¿La propia educación también tendrá que adaptarse al nuevo panorama?

Debe operarse una transformación. Seguirá existiendo una educación reglada y formal, con sus carreras, grados y doctorados… pero deberemos mirar hacia una educación más modular y específica. Se habla de carreras de ciencia de datos, formaciones de IA, de cibereseguridad, etc. Hay conocimientos tan específicos y nuevos que requerirán de una actualización permanente. El conocimiento inmutable para toda la vida es cosa del pasado.

¿Qué habilidades o competencias serán más valoradas por las empresas?

Las habilidades más valoradas, en general, son las soft skills. ¿Qué competencias harían falta? Sin duda, competencias digitales avanzadas. Sin embargo, en cuanto a aptitudes, la flexibilidad y la adaptación serán básicas porque se necesitará evolucionar constantemente. Nosotros mismos vamos a tener que hacerlo, claro.

En cuanto a las soft skills, las habilidades genuinamente humanas son esenciales: comunicación, liderazgo, resolución de problemas, capacidad para aprender, adaptabilidad, creatividad, juicio humano y capacidad crítica. Personalmente, valoro cada vez más estas habilidades. Al buscar nuevos trabajadores, damos más importancia a estas habilidades blandas que al conocimiento específico o la experiencia específica que hayan tenido en trabajos anteriores.

¿Qué papel crees que jugarán los gobiernos y las empresas en la formación de los trabajadores para el futuro?

Una pregunta muy interesante, pues las empresas deben asumir cierto protagonismo. Vamos hacia una sociedad más productiva gracias a la IA, pero también va a ser una sociedad muy distinta. Yo creo que la colaboración público-privada en esa transformación puede ser extremadamente interesante. Hay que transformar modos de trabajo y también conocimientos de la gente. Como dijimos, debe cambiar el modelo educativo, pues a lo mejor son las empresas las que deben formar a sus trabajadores en las nuevas tecnologías, a cambio de un algún incentivo fiscal. Además, debería haber una red de protección del Estado porque habrá trabajadores que no puedan seguir esa transformación y se queden un poco atrás.

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