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IA y salud mental en el trabajo
Por si no tuviéramos suficientes dudas sobre cómo funciona la inteligencia humana, la inteligencia artificial ha irrumpido sin remedio en nuestras vidas para…, ¿hacerlo todo más fácil? Sin duda, pero también para provocar un terremoto de incertidumbre, de nuevas profesiones, de dudas acerca de la privacidad o de dependencia extrema. Hoy podemos afirmar, sin miedo a equivocarnos, que la imparable automatización de las tareas encabezada por la IA es un factor a tener muy en cuenta cuando hablamos de salud mental en el trabajo.
Los que nos dedicamos a la seguridad y la salud laboral estamos viendo, también, cómo esta tecnología puede, por un lado, contribuir a la digital de los usuarios y a facilitar su trabajo pero, por otro, cómo también llega a provocar ansiedad y estrés en quienes la sienten cerca
JAIME BARRERA, AFFOR HEALTH
Psicosis digital
El desarrollo, el progreso y la innovación siempre han sido sinónimo de revolución, y la IA no es menos. Esta tecnología está transformando la manera en que buscamos información, nos relacionamos con el entorno, y trabajamos. Los que nos dedicamos a la seguridad y la salud laboral estamos viendo, también, cómo esta tecnología puede, por un lado, contribuir a la digital de los usuarios y a facilitar su trabajo pero, por otro, cómo también llega a provocar ansiedad y estrés en quienes la sienten cerca, ya sea por dificultades para adaptarse o por miedo a perder el puesto de trabajo en su favor.
El miedo al desempleo por automatización es el trastorno más comentado (también por los movimientos políticos y sociales al respecto), pero hay otros como el estrés por la pérdida de privacidad que puede conllevar y, cómo no, la dependencia tecnológica
Es muy cierto que la entrada masiva de soluciones con inteligencia artificial ayuda en las tareas diarias y mejora la eficiencia en muchos sectores. En el científico, por ejemplo, es una aliada para realizar diagnósticos certeros o diseñar tratamientos personalizados; o en el comercio, donde está transformando la atención al cliente y toda su experiencia de forma radical, permitiendo a los retailers ofrecerle justo aquello que necesita en el momento en que lo necesita.
Pero tanta eficiencia y realización de tareas ‘sin necesidad de intervención humana’ y con muchos menos errores es una ‘ventaja’ de doble filo que a muchos inquieta y preocupa, que llena su mente de falsas creencias y de dudas provocando la que ya se ha dado en llamar ‘psicosis digital’.
El impacto psicológico de la IA en las personas
Es un hecho que ya estamos comprobando, por las muchas consultas al respecto, que esta tecnología afecta emocional y cognitivamente a las personas. El miedo al desempleo por automatización es el trastorno más comentado (también por los movimientos políticos y sociales al respecto), pero hay otros como el estrés por la pérdida de privacidad que puede conllevar y, cómo no, la dependencia tecnológica.
Y no sólo existe la preocupación por cómo la introducción de la IA en nuestro lugar de trabajo nos afecta de manera individual, sino también por su impacto en la sociedad general. Por ejemplo, porque los algoritmos reflejen o amplifiquen sesgos humanos, resultando en decisiones injustas o discriminatorias, o por que haya sistemas de IA altamente autónomos que puedan llegar a actuar de formas imprevistas o incontrolables, especialmente en áreas críticas como la seguridad nacional o la conducción autónoma.
Enfoque ético de la inteligencia artificial
Es por todo ello que, puesto que su implantación es imparable e inevitable en las empresas hoy día, es necesario que se haga con un enfoque ético y considerado, y acompañado de una serie de medidas y estrategias que ayuden a preservar el bienestar psicológico de los empleados, como la formación y capacitación contínuas (para que no sientan que ‘se quedan atrás’), la promoción de la ética (con mecanismos y políticas que regulen su implantación y usos) o la transparencia (de forma que los usuarios puedan entender cómo y por qué se toman las decisiones, ya sea con el apoyo de la IA o no).
Sea como sea, hoy día es fundamental ofrecer recursos de apoyo en salud mental para ayudar a las personas a manejar el estrés asociado con los cambios tecnológicos, y apoyarles con la promoción interna de áreas o tiempos donde la tecnología esté limitada, para fomentar la interacción humana y la desconexión del entorno digital.
Mirando hacia el futuro de la relación entre humanos e IA, es esencial desarrollar y emplear la tecnología de manera que refuerce nuestra salud mental y enriquezca nuestras relaciones, en lugar de debilitarlas. Esto implica diseñar IA con un enfoque ético y centrado en el humano, asegurando que complemente y no reemplace las interacciones humanas esenciales. Con todo ello podremos promover la inteligencia, humana y digital, y llevarlas al siguiente nivel.