La inteligencia artificial (IA) se ha consolidado como uno de los avances más significativos de nuestro tiempo, y ya está transformando cómo las empresas operan y toman decisiones. Y es solo el principio. Su rango de aplicación es muy amplio: desde la atención médica hasta la industria manufacturera o logística, sectores en los que la automatización de tareas repetitivas influye en la toma de decisiones basadas en datos. Además, ofrece perspectivas predictivas, con un impacto directo en la mejora de la eficiencia y en el crecimiento de las entidades que integran la IA en sus procesos.
Sin embargo, aunque los profesionales del sector TIC tenemos la vista puesta en el mañana, no podemos dejar de vivir el hoy. Y el día a día de la mayoría de las organizaciones pasa por garantizar que la maquinaria funcione de manera sólida y ágil.
Por supuesto que hay que trabajar en iniciativas de laboratorio para encontrar innovaciones que impulsen el negocio. Pero también hay que sostener los procesos básicos, el core, las transacciones con clientes, la experiencia de usuario, la infraestructura flexible bajo demanda, entre otros muchos.
En definitiva, poner las luces largas para la visión y la disrupción, pero también la cortas para el día a día: los ERP, la ciberseguridad, la automatización, la infraestructura en la nube o la gestión del dato.
En un contexto tan exigente, es crítico analizar qué queremos conseguir antes de elegir el camino tecnológico.
Madurez tecnológica
Desde Experis, por nuestro propio perfil, podemos ayudar a nuestros clientes en el para qué y en el cómo de sus proyectos. Solo aquellas organizaciones que identifican correctamente las necesidades de su negocio y eligen las herramientas digitales, emergentes o no, óptimas podrán mantenerse competitivas y aprovechar las oportunidades de crecimiento.
Además, no podemos olvidar que la madurez tecnológica de algunas de estas herramientas supone un valor añadido, porque las compañías necesitan infraestructuras escalables y robustas para la planificación de sus recursos.
Solo aquellas organizaciones que identifican correctamente las necesidades de su negocio y eligen las herramientas digitales óptimas podrán mantenerse competitivas
Por otro lado, aunque la tecnología tiene un papel esencial, el factor humano sigue siendo insustituible en las organizaciones.
Habilidades como la creatividad, la empatía o la resolución de problemas complejos son más necesarias que nunca para canalizar el impulso que estas herramientas pueden aportar a las empresas.
Por ese motivo, un enfoque integral que permita aprovechar al máximo el potencial transformador de la tecnología resulta tan relevante.
Sin embargo, en la actualidad las empresas tecnológicas y todas aquellas en proceso de digitalización afrontan el reto de una escasez de talento real.
Resulta relevante abordar un enfoque integral que permita aprovechar al máximo el potencial transformador de la tecnología
De hecho, un 84% de las compañías del sector tech en España tiene dificultades para encontrar a los profesionales que necesita. Un escenario que dificulta mucho la ejecución de estos planes de transformación tecnológica.
Por tanto, con este complejo escenario, las empresas no buscan solo talento tecnológico. Necesitan soluciones para poder abordar sus retos, un partner que les ayude a acelerar sus proyectos sin que pierdan el liderazgo y conocimiento en esa transformación.
E-labs y factorías de servicios que se integren en el cliente, en ‘su’ proyecto. Todas las compañías son ya empresas de software y no pueden externalizar de manera opaca sus activos tecnológicos, ya que son fuente de ventajas competitivas.
Por eso, desde Experis, apostamos por ser ese acelerador que sea capaz de impulsar con luces cortas y con luces largas los objetivos de negocio de nuestros clientes.
