La nueva economía digital ha situado la ciberseguridad en el centro de la preocupación de todas las compañías. Las del sector educativo también, pese a ser un nicho aparentemente alejado de este tipo de riesgos. Al igual que las empresas energéticas, de telecomunicaciones o bancarias, sus sistemas almacenan miles de datos muy valiosos en el mercado. Si a eso se le suma la cantidad de dinero que mueve el mercado y la escasa inversión en ciberseguridad, el panorama es perfecto para los atacantes.
Según datos analizados por la tecnológica española Pandora FMS en base a informes del INE, hay más de un 40% de españoles en edad de operar con la red de manera independiente que realiza actividades vinculadas con el sector educación. Una muestra de la importancia que tiene en el día a día de los usuarios españoles y de la relevancia de este mercado en el país. Todos esos datos, por lo tanto, son objetivo de los ciberdelincuentes.
Cerca del 90% de los ataques a las empresas se producen porque tienen sistemas vulnerables
Cerca del 90% de los ataques a las empresas se producen porque tienen sistemas vulnerables. Y algo así es lo que sucede en el sector educativo. Hoy en día se cuenta con softwares lo suficientemente preparados para reducir el riesgo y la indefensión, aunque Incibe ha detectado una reducción del 10% en ciberataques en los últimos cinco años.
Según los datos obtenidos por Pandora FMS, implantar softwares de monitorización de amenazas ayuda a mejorar en un 40% el rendimiento. Esta ventaja surge de la reducción de gastos y errores al existir un control continuo que permite detectar desde errores hasta escenarios de cuello de botella en un sistema.
Un informe del ONTSI detectó que cerca del 40% las empresas españolas utilizaban la cloud en 2022. En las empresas de más de 250 empleados el porcentaje ascendía a casi el 80%. Y hasta en las pequeñas el porcentaje era cercano al 40%. Ahora llegan nuevas herramientas como el Big Data y la IA, y el mecanismo va a ser el mismo: obtener datos que potencien el rendimiento.