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¿Cómo han evolucionado los sistemas de información de la sanidad pública en la región en los últimos años?
La crisis sanitaria ocasionada por la pandemia aceleró el proceso de digitalización que se había iniciado unos años antes con el proyecto GENESIS, haciendo de la tecnología una herramienta fundamental y una prioridad absoluta dentro del SERMAS. Antes de la pandemia, el 80% de los esfuerzos del SERMAS se centraban en el despliegue de sistemas para nuestros profesionales. La necesidad de adaptación al nuevo contexto de asistencia y de acercar los procesos al ciudadano, ha cambiado esta prioridad hacia los desarrollos enfocados al paciente, que suponen casi un 40% de nuestros esfuerzos en la actualidad. Un ejemplo de este cambio es la telemedicina, con la monitorización domiciliaria o la videoconsulta, que facilitan tanto a ciudadanos como a profesionales la asistencia remota.
¿Dónde ha puesto el foco de la inversión tecnológica la CAM?
Ha habido varios, desde el despliegue y optimización de las soluciones de teleasistencia y telemedicina, al desarrollo de las primeras iniciativas de inteligencia artificial y, en concreto, el desarrollo de un hub de IA, interoperable a través del estándar FHIR, que es el medio de intercambio de datos clínicos interoperables dentro del ecosistema de Salud Digital del SERMAS. También hemos impulsado el Data Lake de datos sanitarios del SERMAS, que nos ayudó a gestionar la vacunación de la población de la región, y que hoy día es probablemente el más amplio en registros de Europa. Al mismo tiempo, se han implementado medidas de ciberseguridad avanzadas, que se siguen incrementando y complementando durante este año, como un aspecto crítico para el SERMAS.
Se ha anunciado recientemente el Plan de Salud Digital del SERMAS. ¿Qué destacaría del proceso de digitalización llevado a cabo?
Este plan supone importantes avances en la digitalización de los servicios sanitarios en la Comunidad de Madrid, que se han materializado en muchas acciones, entre las que destaca especialmente el Centro de Innovación en Salud Digital, que con sede en el Hospital de Emergencias Enfermera Zendal, permitirá establecer un ecosistema de innovación TIC que facilite el apoyo a startups, colaboraciones con Universidades y Sociedades Científicas, así como la cocreación con empresas de vanguardia tecnológica. Para ello se han establecido espacios especiales, corner-demos, labs, y celdas de coworking creativo.
También se han producido avances en la Tarjeta Sanitaria Virtual, la consolidación de la receta médica virtual o la implantación de la Historia Clínica Electrónica en el Hospital Universitario Clínico San Carlos, el último que no disponía de ella, y que le da acceso a todos los recursos de digitalización que estamos desarrollando.
¿Cuáles son los principales retos del Servicio Madrileño de Salud para el 2024 y cómo evolucionarán en los años siguientes?
Es difícil definir retos concretos, porque son muchas las iniciativas a complementar en un proyecto de transformación digital. Debemos seguir trabajando en la mejora de la calidad de atención sanitaria a los madrileños; para ello no solo hay que garantizar la accesibilidad y la eficiencia, sino también la seguridad y la humanización de los cuidados y la asistencia clínica. Debe adecuarse la oferta asistencial a las necesidades reales de los ciudadanos madrileños, con una planificación realista de la oferta de los servicios sanitarios, que debe adaptarse a las necesidades de una población que envejece y que presenta una mayor prevalencia de enfermedades crónicas. Por ello, es crucial el fortalecimiento de la atención primaria, tanto en términos de recursos humanos como de recursos tecnológicos digitales, y garantizar la continuidad asistencial. Además, es necesario seguir avanzando en la integración de la historia clínica única con todos los sistemas de telemedicina e inteligencia artificial, con el apoyo del análisis de datos masivos.
¿Cree que la creación de espacios de datos sanitarios es una solución para la seguridad del dato en el sector?
Los espacios de datos sanitarios son una iniciativa que puede contribuir a la seguridad en el ámbito sanitario. De hecho, la Comisión Europea ha lanzado recientemente una propuesta para establecer un marco regulatorio que permita la creación de espacios sanitarios en toda la UE, con el objetivo de impulsar la investigación en salud y mejorar la atención sanitaria. Sin embargo, es necesario que previamente los organismos que gestionan la asistencia sanitaria en su origen, como nosotros, establezcan los mecanismos de seguridad adecuados. La seguridad y privacidad de los datos sanitarios es un tema crítico para el SERMAS, así como para cualquier organización que utilice datos sensibles. Nuestra organización tiene la responsabilidad de proteger como custodio los datos de nuestros pacientes y asegurar que sean solo utilizados con fines asistenciales sanitarios y de investigación autorizados y siempre por el personal adecuado y autorizado pertinentemente de forma exclusiva.
¿Qué ventajas podría traer al sistema sanitario español su aplicación y cuáles cree que podrían ser los frenos a su despliegue?
Aunque la creación de espacios de datos sanitarios puede tener importantes ventajas para el sistema sanitario madrileño, y por extensión al nacional; su despliegue requiere de un enfoque prudente y una gestión adecuada de los riesgos y obstáculos potenciales.
La disponibilidad de grandes volúmenes de datos sanitarios permitirá la realización de estudios e investigaciones que pueden mejorar el conocimiento sobre patologías y tratamientos, y desarrollar nuevas terapias y tecnologías sanitarias; pueden fomentar la transparencia y la participación de los propios pacientes en la gestión de su salud; o mejorar la coordinación y la calidad asistencial con la integración de la información clínica y epidemiológica de los pacientes en tiempo real. Sin embargo, las dificultades para garantizar la privacidad y la seguridad de los datos; los problemas de interoperabilidad entre sistemas y proveedores; las limitaciones presupuestarias para crear y mantener estos espacios; o la necesidad de contar con una cultura digital más o menos desarrollada, podría dificultar su adopción y uso por parte del personal sanitario y de los ciudadanos.