Con la carrera electoral ya en marcha dentro del territorio español, este 2023 se presenta como un escenario de importantes cambios, reuniendo en el lapso de apenas unos meses tres votaciones para las elecciones municipales, autonómicas y generales. Esta gran congregación y choque de intereses también supone una llamada para los ciberdelincuentes, previéndose un gran aluvión de noticias falsas, campañas de desinformación y de phishing.
La compañía de ciberseguridad Check Point señala que las medidas para la prevención tanto de los incidentes de ciberseguridad como las actuales campañas de desinformación, resultan todavía escasas, y de momento son idénticas a las del anterior periodo de elecciones generales, por detrás de los estándares exigidos por la Unión Europea.
Además del aumento global del 38% de los ciberataques, los últimos informes compartidos por la compañía muestran cómo la proporción de ataques por correo electrónico ha crecido hasta alcanzar la cifra récord del 86% de todos los ataques in-the-wild con archivos, colocando al phishing como la metodología más utilizada por los ciberdelincuentes.
La proporción de ataques por correo electrónico ha crecido hasta alcanzar la cifra récord del 86%
Aunque los periodos electorales también son uno de los escenarios para las campañas de hacktivismo (como la creación de páginas web fraudulentas y la publicación de fake news) orientadas tanto a las campañas de phishing y al robo de datos, como a la erosión de la estabilidad de los Estados y de sus instituciones.
Tal y como detalla el documento ‘Lucha contra las campañas de desinformación en el ámbito de la seguridad nacional’ publicado por el Gobierno de España, se ha comprobado que la desinformación puede tener efectos más pronunciados en contenidos políticos que en otros temas. De hecho, esta información falsa impacta en gran medida en la construcción de unas realidades falsas, hasta el punto de influir en la percepción y toma de decisiones de los ciudadanos, aún incluso cuando estos son conscientes del origen ficticio.
La experiencia recogida muestra que en la mayoría de las ocasiones se trata de textos publicados a través de las redes sociales como Twitter, así como cadenas de mensajes en los servicios de mensajería como WhatsApp. Aunque en muchos casos añaden elementos adicionales para dar un mayor soporte, pero también capturas de pantalla de esos mismos contenidos. Aparecen además notas de voz y vídeos y fotos manipuladas o fuera de contexto.
De hecho, son estos medios los que más importancia están cobrando actualmente. Según los datos compartidos por el Gobierno de España, se ha registrado un gran cambio en las tendencias de los españoles, que ahora se informan más a través de medios online y del teléfono móvil: mientras que casi la mitad de los internautas hace uso de Facebook y Twitter para acceder a las noticias, otro 36% lo hace a través de WhatsApp y Telegram.