Las principales amenazas de seguridad proceden principalmente de los virus, aunque el estudio también cita a los hackers, robos de datos y la no accesibilidad a determinados servicios causada por los tráficos de red. Como soluciones a estos peligros se apunta a la mejora de los servicios -actualmente descuidados-, para asegurar la interoperabilidad de los nuevos productos de seguridad con los sistemas heredados, además de un amplio catálogo de soluciones como software antivirus y cortafuegos, redes privadas virtuales (VPN), autenticación, encriptación y gestión de seguridad de red.
Para Datamonitor serán las áreas de PKI y VPN las que concentrarán la atención de los responsables de seguridad de las compañías. La primera de ellas atraerá una inversión de 2.600 millones de dólares en 2005, mientras que las redes privadas virtuales moverán 3.900 millones de dólares.
Ian Williams también incide en el fuerte crecimiento que podrían experimentar en el futuro la seguridad de los contenidos, que concentraría 18.500 millones de dólares para el año 2005, y la gestión de seguridad, que movería alrededor de 11.900 millones de dólares.
De cara a los fabricantes, el principal desafío que tienen que hacer frente reside en la educación del propio mercado y demostrar a corto-medio plazo que el retorno de la inversión en soluciones de seguridad. Los proveedores de soluciones deberían ser más flexibles y adaptar sus productos a las demandas de las compañías, además de conceder prioridad a los conceptos de estandarización e interoperabilidad.
El estudio, bajo el nombre de E-seguridad, derribando las barreras hacia el e-business, insiste en el escaso gasto de las compañías con negocios de e-commerce en aspectos relacionados con la seguridad, a pesar de los cuantiosos daños causados tanto por los ataques de hackers como por los virus. Según Datamonitor, más de la mitad de las empresas gastan sólo el cinco por ciento de sus presupuestos informáticos en asegurar su negocio, lo que redunda en una percepción de inseguridad para el usuario y se convierte en un freno al desarrollo del comercio electrónico y más en un periodo en el que los negocios on line luchan por atraer a nuevos clientes. Sin una protección adecuada, las compañías quedan expuestas, además de perder credibilidad en su marca, a soportar caídas de la red, pérdidas de datos y escasa rentabilidad entre sus empleados.
Para Ian Williams, analista de mercado de Datamonitor, buena parte de la culpa reside en los propios fabricantes de tecnología. Williams también apunta a la complacencia de este tipo de compañías en materia de seguridad en vez de afrontar la instalación de cortafuegos y software antivirus. Incluso un 30 por ciento de los responsables de TI entrevistados eran conscientes de que las soluciones que tenían implantadas eran insuficientes e inadecuadas para hacer frente a las amenazas de los hackers y a los virus.
Aún así, las previsiones barajadas por la consultora indican que, para el año 2005, la inversión podría ascender hasta los 30.300 millones de dólares gracias a la mayor concienciación de compañías sobre los fallos en sus sistemas de seguridad, además de contar con un mayor conocimiento sobre este tipo de soluciones.
