El juez del distrito Thomas Penfield Jackson ha promulgado una orden que le retira de supervisar una demanda en la que se acusa a Microsoft de discriminación. La compañía ha archivado una solicitud en la que Jackson rechazaba hacerse cargo del pleito alegando prejuicios contra la compañía. Por esta razón, el juez concedió a la firma la solicitud de retomar el caso a la Corte del Distrito con el fin de que le fuese reasignado un nuevo juez.
La decisión de Jackson provocó que la demanda por discriminación interpuesta por Rahn Jackson, antiguo empleado de Microsoft, quedase a la expectativa de ser resuelta.
Ya en junio de 2000 se alegó que el gigante del software llevaba a cabo prácticas discriminatorias y tomaba represalias contra sus empleados, lo cual suponía que violaba el título VII de la ley de derechos civiles de 1964.
En la orden de rechazo del juez, éste explicaba que no conocía nada de Microsoft hasta antes de 1995, cuando sustituyó al letrado que estaba a cargo del caso. Entre 1997 y 1999, éste aseguró que la mayoría de su tiempo judicial había estado evaluando evidencias en los procedimientos de decreto de consentimiento y en el juicio contra las acciones antitrust de Microsoft. Así, Jackson hizo hincapié en que todas las opiniones formadas sobre Microsoft resultaron ser parte de procedimientos judiciales y, además, una decisión de la Corte Suprema de 1994, afirmaba que las opiniones sostenidas por jueces como resultado de procedimientos anteriores no pueden ser calificadas de predisposición o prejuicio.
Durante el procedimiento de la vista oral de la apelación, el juez Harry Edwards arremetió contra Jackson por comentarios de éste hechos fuera de la sala que podían influir en su decisión. Debemos abstenernos de hacer comentarios porque estos pueden influir en el desarrollo de un proceso, apuntó Edwards, quien también comentó que el sistema podría ser un fraude si todos los jueces hicieran lo mismo.