El vídeo bajo demanda y los servicios bajo demanda afines se erigirán como una de las principales fuentes de ingresos de las operadoras, por delante de los servicios de Internet y voz, de acuerdo con los datos aportados por la consultora McKinsey Quarterly, que indica que en el plazo de dos años el volumen de negocio generado por el vídeo bajo de demanda rondará los 4.000 millones de euros.
De hecho, se pone de manifiesto que estos servicios podrían suponer un punto de inflexión en la curva de pérdidas a la que tienen que hacer frente muchas operadoras actualmente, ya que los beneficios barajados serían de 50 euros por abonado frente a los 20 euros por abonado que pierde ahora.
Otro punto a favor de esta modalidad es el gran potencial para atraer a nuevos clientes debido, entre otras cosas, a que el usuario diseña su propia televisión a la carta e interactúa con los productores, además de contar con la ventaja de poder mantener a los abonados ya existentes, aspecto que podría generar beneficios adicionales valorados en 1.500 millones de euros, según la consultora.
En este sentido, una investigación realizada por operadoras de cable norteamericanas, indica que aquellas que cuentan con servicios bajo demanda logran una penetración de mercado entre un 5 y un 10 por ciento mayor, al tiempo que registran un índice de fidelización que oscila entre el 30 y el 40 por ciento.
Por otro lado, se ve en el sector hotelero un nuevo filón de negocio para estos servicios, de acuerdo con un estudio realizado en nuestro país encargado por Concurrent Computer, uno de los principales actores de este sector, cuya cuota de mercado a nivel global es del 60 por ciento.
Entre las conclusiones del informe destaca el rápido retorno de la inversión, estimado en un máximo de tres años.
