A propuesta de su presidente, César Alierta, la Comisión Delegada de Telefónica ha aprobado una reestructuración en la organización del grupo español. Una remodelación que, según fuentes de la firma, mantiene una línea de
continuidad, aunque introduce una serie de cambios dirigidos a agilizar la operativa de las diferentes líneas de negocio Fijo, Móvil, Media, TPI e Internet.
Mientras que la presidencia se reserva la supervisión directa de las actividades horizontales comunes a todas las empresas que conforman el grupo, queda en manos de Fernando Abril, consejero delegado, el control del conjunto de actividades emprendidas por todas las líneas de negocio.
A la secretaria general, en manos de José María Más, y las direcciones generales de Desarrollo Corporativo, a cuyo frente se ha colocado a Ángel Vilá, Finanzas Corporativas (J.M. A. Pallete) y Relaciones Institucionales (cuyo responsable está aún por decidir), se añade la actividad de Recursos Humanos, que tendrá a O. Maraver a la cabeza, al tiempo que se incorporan las figuras de director general adjunto al presidente, cargo que ha recaído en Francisco de Bergia y la del jefe de su gabinete. Antonio Palacios, exdirector general de Control de Gestión, se reincorpora a la dirección general de Recursos.
Igualmente pasan a depender del consejero delegado, el área de Control de Gestión (a cuyo frente está Jaime Smith) y otra de nueva creación conocida como planificación operativa, con Alfonso Alonso a la cabeza.
Por otra parte, Telefónica Móviles ha llegado a un acuerdo con Motorola para adquirir cuatro empresas operadoras de servicios de telefonía celular en las que participa. Se trata de Bajacel, Norcel, Cedetel (propiedad 100 por cien de Motorola) y Movitel (que pertenece en un 90 por ciento al proveedor), que prestan servicio a 1,4 millones de clientes en el norte de México, una zona con una población superior a los 20 millones de habitantes, en donde se concentra una buena parte de la actividad industrial del país, debido a su proximidad con EE UU.
El precio de compra de las cuatro operadoras, que a finales de 1999 controlaban el 44 por ciento del mercado en su ámbito de actuación, rondará los 1.799 millones de dólares (343.600 millones de pesetas). Una cifra que podría abonarse en efectivo con los fondos provenientes de la salida a Bolsa de Telefónica Móviles o en acciones de Telefónica, en cuyo caso el precio subiría para cubrir desfases temporales y riesgos de monetización.
Estas operadoras, que comenzaron su actividad en 1990, hacen uso de la tecnología CDMA/AMPS en la banda A de 800 Mhz. El acuerdo contempla igualmente la posible compra de la participación (el 21 por ciento) que Motorola posee en Portatel, una firma que desarrolla su actividad en el sur del país y que cuenta con 150.000 clientes. Con esta operación se aprovecharían las sinergias con las operadoras que gestiona Telefónica en Guatemala, El Salvador y Honduras. Telefónica Móviles podría adquirir también las participaciones de
Motorola en el sur de México y en países como Brasil, Israel, Honduras, República Dominicana..
Por último, y con el objetivo de adecuar su estructura organizativa a las nuevas necesidades del grupo, Telefónica Móviles ha incorporado a su Consejo de Administración a diferentes personalidades del mundo de las finanzas, la empresa y la industria de las telecomunicaciones. En la presidencia continua Luis Lada, teniendo como consejeros a Fernando Abril-Martorell Hernández, Miguel Angel Canalejo o Victor Goyenechea Fuentes.