Los expertos en estrategias de gestión de la cadena de suministro (SCM) se han percatado de la necesidad de una correcta gestión del riesgo ante posible incidencias que rompan las relaciones con su red de proveedores, especialmente en aquellas empresas con una estrategia SCM distribuida a nivel mundial. Recientes acontecimientos naturales como huracanes o terremotos han puesto en duda este tipo de estrategias, que deben complementadas con acciones que aseguren su correcto funcionamiento ante posibles incidencias.
Según un estudio realizado por Aberdeen Group, un 80 por ciento de grandes empresas sufrieron fallos en su red de SCM durante los pasados dos años. La consecuencia más inmediata de estas incidiencias fue su negativa repercusión en la estrategia global, ya que incidieron en aspectos como las relaciones con sus clientes, tiempos de lanzamiento de producto al mercado, ventas e incluso en la percepción de la imagen de marca de la compañía.
“Los pasados años caracterizados por el recorte de los presupuesto informáticos han hecho que los ciclos de negocio sean especialmente vulnerables a posibles interrupciones en las relaciones con proveedores”, explicó Tim Minahan, especialista de Aberdeen Group en SCM. En su opinión, aspectos como la presión sobre la continuidad de negocio o el cumplimiento de las nuevas normativas forzará a las compañías a adoptar procedimientos, métricas y sistemas que permitan convertir a la gestión del riesgo del suministro como una actividad clave durante los próximos cinco años.
Aberdeen define cinco estrategias a tener en cuenta a la hora de abordar este área: definición de estándares sobre métricas y activos de riesgo, confirmar a la gestión del riesgo como una displicina clave, adopción de métodos de aprovisionamiento para balance de costes, ejecución y riesgos; implantación de tecnologías y servicios de información para mejorar la planificación, monitorización y respuesta del riesgo, y desarrollar la colaboración con suministradores para detectar y minimizar posibles incidencias.
