Es indiscutible que el progreso de la denominada Sociedad de la Informacin implica la aparicin, conquista e implantacin de nuevos avances tecnolgicos en la sociedad. Actualmente, de entre los muchos hechos que conforman ste fenmeno, entidades de distinta ndole estn apostando de forma importante por la convergencia de los sectores de la telefona mvil e Internet, lo que supone una ampliacin de funciones en los terminales con la llegada de nuevos servicios como es el caso del pago por mvil, algo que confirma que los telfonos no son solamente dispositivos que facilitan la comunicacin, sino que adems nos encontramos ante una herramienta que da mucho ms de s. Pero no ser hasta 2004 cuando realmente despegue este servicio, segn los expertos del sector.
A pesar de que existen diferentes iniciativas ya operativas en nuestro pas participadas por entidades de pago, operadoras de telefona y bancos, (Mobipay, Paybox, Caixamvil,…), as como otros tantos proyectos que an no se han puesto en marcha, nos encontramos con un panorama donde no hay un estndar comn para todas ellas, aunque algunas firmas, como es el caso de Mobipay Espaa, parten de la base de que su modelo empresarial puede convertirse en un modelo a seguir para el resto de compaas. As pues, el objetivo debera radicar en el desarrollo conjunto de estndares de pago seguro a travs de dispositivos mviles, estimulando as el m-commerce. Esta idea conlleva la convergencia de tecnologas y la cooperacin intersectorial en beneficio de los diferentes agentes intervinientes (establecimientos, titulares, entidades emisoras y operadores mviles), segn Luis Lada, presidente de Mobipay.
Por su parte, expertos de KPMG Consulting aprecian que en el plazo de cinco aos, tan slo permanecern vigentes en nuestro pas dos plataformas operativas con sus respectivos estndares.
El telfono mvil es una herramienta que ha contado con una magnfica acogida en el mercado, hasta tal punto es as que, a da de hoy, nos encontramos con un mercado que ya se encuentra maduro en algunos pases como Espaa, donde se han sobrepasado los 31 millones de terminales vendidos, lo que supone una penetracin superior al 70 por ciento de la poblacin, mientras que a nivel europeo la cuota media supera el 50 por ciento. Junto a esto, es relevante destacar que los avances relacionados con los niveles de velocidad de transmisin de voz y datos han colaborado tambin en la socializacin del servicio, cambiando gran parte de los hbitos cotidianos de la poblacin.
Del mismo modo que ya forman parte de nuestra vida los cajeros automticos y las tarjetas en sus distintas modalidades, el pago por mvil es ya una realidad patente a nivel global que, si bien todava no cuenta con una cuota de mercado tan alta como la que posee el dinero de plstico, presenta un gran potencial. Esto se debe a que permitir avanzar en la incorporacin de nuevos sectores profesionales y de comercio donde antes no se utilizaba el pago con tarjeta de crdito o dbito, tales como las mquinas expendedoras, la comida preparada entregada a domicilio, taxis, compra de entradas y billetes de avin, e incluso la realizacin de transferencias bancarias, adems de aportar nuevas soluciones a otros nichos de mercado como es el caso de los pagos a travs de Internet, sector en el que existe un alto nivel de inseguridad a la hora de realizar transacciones de compra.
Entre las principales barreras a superar por el sistema, la seguridad para el usuario y garantizar el no repudio de la compra para el comercio, son claves. As, los analistas y expertos del sector apuntan que de cara a 2010, el nmero de transacciones de pago electrnicas a nivel mundial significar entre el 45 y 58 por ciento de las totales realizadas, frente al 25 por ciento que suponen actualmente. Es as como el dinero fsico continuar su convivencia con otros medios de pago alternativos, que en el caso de los dispositivos mviles prevalecern sobre todo entre las tiendas virtuales, siendo las de la modalidad B2C en las que ms rpidamente est emergiendo, de acuerdo con el director general del rea de finanzas de Paybox Espaa, Markus Fster, que aade que en el caso del comercio tradicional experimentar un adopcin ms lenta.
Igualmente, Martn Torres, director general de marketing de la misma compaa, asegura que el pago por mvil se convertir en uno de los principales sistemas de pago en el futuro, tanto por la facilidad de uso como por la seguridad del sistema a la hora de realizar las transacciones. Adems, ser una herramienta fundamental en las estrategias de marketing y fidelizacin a medio plazo.
En cuanto a las previsiones para Espaa, se baraja que ms de 4 millones de usuarios utilizarn este servicio para finales de 2004, mientras unos 350 millones de personas harn uso de la adquisicin de entradas a travs del mvil y de la compra al por menor por la misma va, casi 350 millones realizarn transacciones bancarias por el mvil y ms de 50 millones lo utilizarn en operaciones financieras.
A pesar de lo novedoso del servicio y de los diferentes actores operativos, los sistemas de pago por mvil comparten estructuras similares. Se parte de la base del establecimiento de un dilogo de mensajes cortos entre los participantes de la compra, bien a travs de la tecnologa SMS o USSD, actuando sta ltima en tiempo real y eliminando posibles duplicidades, por lo que es ms segura; o bien utilizando el canal de voz. Tan slo es necesario poseer un telfono mvil y una cuenta corriente operativa en cualquier entidad bancaria.
De este modo el usuario no tiene que revelar ninguna informacin privada a la hora de autorizar la transaccin, sino que puede elegir entre introducir tres identificadores su nmero de telfono, un cdigo de barras que previamente le ha sido asignado o bien un nmero de identificacin personal (NIP).
El coste del servicio, que recaer tanto sobre el usuario como el comerciante, ronda los 0,08 euros por operacin completa.
Igualmente, las plataformas operativas actualmente permiten llevar a cabo operaciones iniciadas por el comercio, por el comprador o por referencia, donde el cliente puede realizar compras eficientes y seguras a distancia, incluidas las de Internet.