Este informe prevé que la adopción de la banda ancha en Europa será paulatina, contrariamente a la mayoría de las predicciones que se están haciendo en el mercado. Las razones para ello incluyen la falta de competencia entre los operadores de acceso y la baja demanda de los consumidores.
No obstante, el factor calificado como más decisivo es el alto coste de la tecnología. Actualmente el coste medio de conexión en Europa es de más de 200 euros (33.277 pesetas) y de 50 euros (8.318 pesetas) la suscripción mensual.
El mayor reto para los proveedores es, según el estudio, crear una demanda en los consumidores comunicando de forma eficaz los beneficios de la banda ancha, ya que, actualmente, los consumidores sólo son conscientes de la mejora que proporciona la banda ancha en la conexión a Internet.
El informe señala que el potencial de esta tecnología aún tiene que ser explotado. Por ejemplo, los consumidores deberían valorar la comodidad de estar conectados las 24 horas además de tener acceso a una ilimitada elección de películas y una mejor calidad en la descarga de música.
Según una encuesta de Jupiter MMXI, la razón principal por la que los consumidores instalarían una conexión de banda ancha sería para mantener la línea de teléfono libre mientras se conectasen a la Red.
Las predicciones indican que la región nórdica, con la mayor penetración de Internet en Europa, adoptará antes la banda ancha. El 30 por ciento de los hogares en Suecia, Finlandia, Noruega y Dinamarca usará la banda ancha en el 2005. Alemania y Reino Unido lo desarrollarán más despacio. Y a la cola estarán Francia, Italia y España, con un 10 por ciento de hogares.
