Reflexiones sobre el milenio de la tecnología

Desde el plano de las tecnologías de la información, el tercer milenio empieza con una cierta desmotivación, una especie de horas bajas quizá inducidas por los vientos de prudencia, recesión para algunos, que soplan en la otrora explosiva nueva economía.

Publicado el 24 Ene 2001

La burbuja financiera se ha desinflado tanto como los consumidores reclaman la atención y eficacia que la Web promete y no acaba de dar. Para las empresas no es sencillo resolver la ecuación del e-business y los navegantes y compradores online siguen conectados pero no quieren problemas.

Un cóctel que provoca el que el mundo Internet atraviese por un mal momento anímico, el más bajo de su corta historia. Los indicadores, cualitativos y cuantitativos, así lo reflejan. Los valores tecnológicos han perdido en tres meses todo lo ganado y algo más, sembrando la desconfianza en los inversores y, con ello, frenando un desarrollo que, en cualquier caso parece demasiado rápido y merece un poco de tranquilidad y madurez.

Se impone el análisis. La consultora estratégica AT Kearney avisa de esa situación en un estudio sobre el e.consumo. Según la firma, el comercio electrónico está perdiendo ventas por valor de 6.000 millones de euros a causa, por un lado, de mal servicio y problemas en las transacciones y, por otro, porque no se ha conseguido diversificar el acceso a la Red y sigue siendo mayoritariamente a través del PC y no del televisor o el teléfono móvil.

Otro dato relevante del informe, que se ha compilado a partir de una encuesta que ha contemplado países y hábitos americanos, europeos y orientales, reconoce que los cibercompradores son pioneros pero no están dispuestos a ceder en calidad de servicio, son conservadores, fieles a las marcas y que prefieren las webs que conocen un 60 por ciento de los encuestados hace sus compras en uno o dos sitios, frente a un 40 por ciento que prefiere visitar y comparar en cinco y hasta diez webs antes de comprar.

Pero son los problemas lo que definitivamente provoca el desinterés de los consumidores por la compra online el que ocho de cada diez consultados afirmara haber tenido problemas con sus compras y que un tercio de las operaciones precise varias llamadas telefónicas debe verse como una de las razones de peso para esa aparente ralentización del e-comercio.
Sin aventurar una opinión de crisis, aunque sí una seria corrección venida tanto de inversores como de consumidores, todos los actores que representan la obra Internet deben replantearse estrategias y tácticas si es que quieren mantener la confianza de sus clientes. El primer boom Internet parece que ha pasado y las euforias del pasado se ha traducido en calma chicha, aunque no se puede hablar de indiferencia. Una frialdad acorde con la época del año que recomienda a las mentes pensantes, eso, pensar, inventar y recuperar el atractivo perdido encontrar nuevos motivos para fascinar a las gentes, simplificándoles las rutinas de configuración, conexión y acceso a la red, así como las puramente de consumo y adquisición. Y, por encima de todo, suministrar el servicio prometido, ni más ni menos.

Internet deslumbra, aunque no tanto, y las expectativas tampoco se han cumplido. Además de que en el ecosistema Internet todo se ha disparado. Hace un par de años, con dos millones de pesetas se podía poner en marcha una infraestructura web relativamente operativa y capacitada para realizar transacciones. Hoy los millones necesarios siguen siendo dos, pero de euros. Y las empresas que aspiran a una posición más vanguardista, precisa inversiones de ocho millones de euros. Motivos de reflexión obligada porque iniciamos el milenio de las tecnologías de la información.

¿Qué te ha parecido este artículo?

La tua opinione è importante per noi!

C
Redacción Computing

Artículos relacionados

Artículo 1 de 5