Business Rules Engines

El concepto de Reglas de Negocio se remonta a finales de los setenta y nació en el seno de las investigaciones realizadas en torno a la Inteligencia Artificial.

Publicado el 29 Sep 2003

Los cambios continuos que se producen en el mercado llevan a las organizaciones a tener que modificar de manera constante sus estrategias y tácticas de negocio. Estos cambios implican modificaciones en las aplicaciones corporativas, ya que hay que trasladar esos cambios desde el ámbito de negocio al ámbito de los sistemas de información. Este proceso, tiene asimismo varias fases: programación y depuración de las pruebas, implantación de las nuevas versiones, incorporación de nuevas tecnologías, y finalmente puesta en marcha de la nueva aplicación.

Este proceso es largo y por tanto costoso, no sólo en términos de recursos de TI implicados en el proceso, sino en términos de retraso en la puesta en el mercado de las nuevas aplicaciones, lo que en determinados entornos puede ser crítico para la supervivencia de la propia compañía.

Si se analiza el proceso, es claro que el nudo gordiano radica en el punto en que, una vez definidos los nuevos procesos o reglas por los responsables de negocio, éstos los transmiten a los departamentos de TI responsables de la transformación de los sistemas.

La solución a este nudo gordiano pasa por dotar a la estructura corporativa de la suficiente flexibilidad para adaptarse a los cambios de estrategia, y hacerlo de una manera eficiente, es decir, utilizando la menor cantidad de recursos posible.

Si fuéramos capaces de desarrollar un sistema que realizara abstracción de las reglas de negocio implícitas en la lógica de los programas y manejarlas independientemente de estos, bastaría con realizar cambios en este ámbito para que de manera automática se trasladasen a todos los sistemas corporativos.

Esto es posible, a través de una tecnología conocida como Business Rules Engines o Motores de Reglas de Negocio.

El concepto de Reglas de Negocio y la idea que subyace en el mismo no es nuevo. Este concepto se remonta a finales de los setenta, y nació en el seno de las investigaciones realizadas en torno a la Inteligencia Artificial. Por tanto, se trata de una tecnología que funciona bien y está lo suficientemente madura. Unicamente hay que tener en cuenta su potencialidad, limitaciones y requisitos para su aplicación. Si se reúnen estas condiciones, la utilidad de la misma para las empresas es clara.

La filosofía que subyace en un sistema de información basado en Reglas de Negocio radica en la diferenciación de dos tipos de lógica: la lógica que hace referencia a procesos de negocio y la lógica propia de las aplicaciones.

La lógica propia de las aplicaciones es relativamente estable. Sólo se modifica cuando se realizan actualizaciones o ampliaciones de los sistemas de información, y esto se realiza de manera esporádica (o al menos no es un cambio que venga necesariamente impuesto y con apremio). Sin embargo, la lógica relativa a los procesos de negocio está sujeta a continuos cambios. Esta lógica soporta las políticas internas de las compañías, los procesos de negocio, las leyes y normativas de obligado cumplimiento por parte de las empresas, etc. Todo esto está en permanente cambio, bien por la propia evolución del mercado, bien por cambios en la legislación (p.e., porcentajes de retenciones a los trabajadores o cambios en los tipos impositivos) o por cambios organizativos internos de las empresas.

Adaptarse a estos cambios no es tarea fácil. Es una tarea costosa, ya que implica horas de desarrollo y pruebas por parte de los departamentos de TI, y por otro lado lleva tiempo, lo que resta flexibilidad a la empresa para poder adaptarse a los cambios de mercado. En definitiva, todos estos cambios restan a las empresas AGILIDAD.

Un sistema basado en Reglas de Negocio consta de dos subsistemas. Por un lado estaría el Repositorio de Reglas, es decir, una base de datos donde el usuario puede definir en cualquier momento y de forma dinámica cualquier regla de negocio o modificar las existentes. Por otro lado existe el Motor de Reglas, que es sistema encargado de procesarlas. Así la lógica se mantiene fuera del código fuente.

No obstante, es preciso que se cumplan una serie de requisitos antes de poner en práctica esta estrategia:

– Factibilidad de una modelización “natural” de los diferentes procesos de negocio en términos de objetos y reglas de negocio. Es decir, tiene que ser posible traducir en términos de reglas los diferentes procesos que se quieren automatizar.

– Flexibilidad, cambios frecuentes en las reglas de negocio. La utilización de esta tecnología sólo aportará un verdadero valor si la empresa necesita cambiar con frecuencia parámetros de sus procesos de negocio.

– Implicación y diálogo ente los departamentos de negocio y de TI, y es recomendable a apoyo de consultoría externo.

Como se ha mencionado, los BRE tienen aplicación en prácticamente todos los campos de actividad, existiendo ya aplicaciones verticales categorizadas para cada tipo de negocio, que incluyen reglas de más frecuente utilización. A continuación se exponen algunas de las aplicaciones típicas:

Sector de actividad

Aplicaciones

Automoción

Configuración de prestaciones opcionales de los vehículos

Sector Financiero

Gestión de Riesgos financieros (concesión de créditos y pólizas, adaptación a los requisitos que impone Basilea II)

Configuración de préstamos

Trading, recomendaciones on-line

Industria

Adaptación dinámica de las cadenas de suministro

Telecomunicaciones

Tarificación avanzada (banda ancha, telefonía móvil)

Correlaciones y gestión de actuaciones en tormentas de alarmas (redes, sistemas)

Sector comercial y servicios

Calculo de comisiones de ventas

Precios dinámicos

Sector Asegurador

Emisión y configuración de pólizas de seguro

Gestión de siniestros

Administraciones Públicas

Gestión de becas, gestión de antecedentes penales, concesión de subvenciones, gestión de citas previa, registro de empresas

Por último, vamos a repasar brevemente algunas recomendaciones realizadas por Giga Group a todas aquellas empresas que adoptar esta estrategia:

– Evite productos que obliguen a emplear las reglas de negocio como modelo de desarrollo. Las reglas de negocio son simplemente una técnica dentro de una estrategia de desarrollo.

– Rechace herramientas de reglas de negocio que no sean fáciles de integrar con sus propias plataformas y lenguajes, así como aquellas que obliguen a adoptar una plataforma de desarrollo propietaria.

– Para aquellas aplicaciones que requieren razonamiento deductivo, seleccionar productos que empleen motores de inferencia. Se recomienda también productos que ofrezcan opciones de despliegue.

– Formar a los desarrolladores en materias de diseño, análisis y despliegue de aplicaciones

– Establecer procedimientos que aseguren que los cambios en las reglas no causen daños colaterales a las operaciones.

Carlos Álvarez, director general Telenium/Giga Group España.

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Redacción Computing

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