La compañía estadounidense prevé obtener unos ingresos de entre 6.600-6.800 millones de dólares en el segundo trimestre, frente a los 6.400-7.000 millones estimados hace un mes. Así, esta revisión supone un incremento de hasta el 7,5 por ciento respecto a los datos del pasado año, pero tres puntos por debajo de las previsiones anteriores.
En este sentido, según apuntan fuentes próximas, Intel considera que la demanda de procesadores para redes de comunicaciones continúa siendo débil, aunque percibe que los envíos de componentes para ordenadores y servidores atraviesan una situación normal.
Además, según los analistas consultados por Thomson Financial, Intel obtendrá un beneficio de 13 centavos por acción sobre unas ventas de 6.650 millones de dólares. En el mismo periodo del pasado año, la compañía ganó 7 centavos por título y facturó 6.320 millones de dólares.
