La firma sueca, que emplea a unos 100.000 trabajadores en todo el mundo, ya ha recortado 5.800 empleos y ha dado aviso sobre su despido a otros 3.300 desde el pasado mes de abril. Ahora, Ericsson pretende además suprimir otros 10.000 empleos, hecho que se produciría durante el resto del año.
Ante esta situación, Kurt Hellestrom, director ejecutivo de la compañía, sostiene que mientras que nosotros no podamos controlar el mercado, no podremos controlar nuestros costes; y tenemos que tomar acciones duras pero necesarias para restaurar nuestra situación.
Ericsson anunció unas pérdidas de 933 millones de libras en el trimestre finalizado en junio y afirma que el mercado podría ser igual de difícil hasta final de año. Hay que recordar que en el mismo trimestre de 2000 la firma obtuvo beneficios de 670 millones de libras.
Por otro lado, Ericsson observa una bajada en las ventas de equipos de telefonía, al tiempo que los analistas se muestran preocupados sobre la situación de la división de equipamiento de red de la empresa, que disminuyó sus beneficios desde 630 millones a 39 millones de libras.
Además, durante este año Ericsson ha transferido casi toda la producción de sus handset a Flextronics y ha fusionado su departamento de diseño con Sony.