El gran valor de ABC radica en la visibilidad y transparencia que aporta a la organización

Gary Cokins, responsable de la estrategia de soluciones de gestión del
rendimiento en SAS.

Publicado el 11 Feb 2004

Imagina que vas a un restaurante con otras tres personas, ellos piden los platos más caros y tú el más barato, y cuando el camarero trae la cuenta ellos quieren dividirla en partes iguales, ¿cómo te sentirías? . Con esta anécdota ilustraba el experto en Activity-Based Costing (ABC) y Activity-Based Management (ABM), Gary Cokins, en el marco de un seminario recientemente organizado por SAS Institute, el pobre trabajo que tradicionalmente vienen haciendo los contables y que conduce a un desconocimiento total de los costes reales que impide la toma de decisiones correctas.

ABC es una metodología que permite trazar exactamente la composición de gastos incrementando la exactitud, pero su gran valor radica en de la visibilidad y trasparencia que aporta a la organización, explica Cokins, quien considera que la integración de las soluciones de ABC Technologies con la suite de soluciones de SAS, que adquirió la compañía en abril de 2002, impulsará su adopción. No conozco ningún vendedor de software en el planeta en el que todos estos componentes encajen; los sistemas de los proveedores de ERPs como SAP, Oracle o PeopleSoft están optimizados y diseñados con otro fin, no para analizar y facilitar la comprensión de la información , asegura Cokins, quien añade que en la actualidad en las organizaciones muchos departamentos están trabajando de forma aislada en esta dirección; algunos utilizan Six Sigma, otros están implementado una solución CRM, otros SCM, etc., pero estas herramientas no hablan entre ellas cuando es evidente la existencia de interdependencias. SAS sabe que existe ese nexo y cuenta con las herramientas de unión, un ejemplo es la integración de Balance Score Card con ABM, la nueva denominación de nuestra solución Oros .

El conocimiento de los costes reales asociados a cada una de las actividades de la organización, así como de la rentabilidad de cada cliente y línea de producto es una de las primeras consecuencias que se derivan del uso de ABC que si bien, como explica Cokins, en un primer estadio se aplica internamente partiendo de la definición de un esqueleto o diccionario de actividades a través de la recolección de información de los empleados, algunas organizaciones más avanzadas están utilizándolo en su cadena de proveedores ya que los participantes en la cadena se están dando cuenta de que no es suficiente para ningún de ellos ser ágil y eficiente, y que su competitividad depende de la agilidad y eficiencia de sus socios.

La puesta en marcha de una iniciativa ABC tiene mucho que ver con la gestión del cambio. Y es que la primera vez que se calculan datos ABC se ven cosas que nunca se han visto antes y muchas de ellas no son agradables , afirma Cokins, quien recuerda el caso de una compañía que descubrió que el coste real para procesar una orden de pedido alcanzaba los 4.000 euros o de otra que descubrió que el producto que creía era el más rentable, en realidad no lo era tanto. Ese director de producto se preocupaba más de su situación personal que de la organización cuando tenemos la obligación de tratar los datos de manera responsable y mostrar la verdad· .

Además de Auna, la primera referencia de la solución ABM de SAS en España, la compañía cuenta con otros seis nuevos clientes en esta área y el viaje sólo ha empezado para ABC, que ya no es un niño sino un adolescente , apunta Cokins, quien pronostica que en 20 años ABC será aceptado más ampliamente que lo que SCA (Standard Cost Accounting) lo es hoy en día .

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Redacción Computing

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