Cisco Systems comenzó el pasado año con la idea fija de pasar de ser conocido como un suministrador de productos de networking a una compañía con un abanico de soluciones globales, incorporando también el campo de la voz y de las telecomunicaciones en general.
De esta forma, la compañía ha experimentado tanto un salto cualitativo como cuantitativo en su facturación. Si en el año 2000 ha experimentado un crecimiento del 125 por ciento con respecto al ejercicio precedente, sobrepasando ampliamente la barrera de los 40.000 millones de pesetas, desde el punto de vista de los segmentos de mercado, los ingresos procedentes de las operadoras de telecomunicaciones han alcanzado hasta el 50 por ciento del total. El resto procede del negocio corporativo, tanto de grandes cuentas como pymes, un área en la que Cisco también ha puesto gran empeño.
El otro gran vértice de la política de Cisco Systems en España lo constituye su fórmula de ventas, basada en un 85 por ciento en Internet, un porcentaje envidiable.
