Uno de los grandes revulsivos del último año en la escena tecnológica ha venido de la mano de los ASPs. Los Application Service Providers (Proveedores de servicios de aplicaciones) fueron capaces, primero, de cautivar a los más prestigiosos gurús y consultores especializados; después, de obligar a firmas tanto de software, como de hardware, operadoras de comunicaciones y consultoras a introducir esta magnitud dentro de sus actividades de negocio. En efecto son pocas las compañías que no han anunciado a lo largo de los últimos doce meses haber entrado en el mundo ASP o intentar hacerlo a muy corto plazo.
Cuando nos referimos a un ASP hablamos de una figura que combina competencias del operador de telecomunicaciones y del integrador de sistemas. Su cometido es entregar a sus clientes, siempre en régimen de alquiler, aplicaciones estándares de software a través de, normalmente, redes IP.
Gracias a este modelo se ha generalizado algo que la industria informática llevaba años tratando de conseguir o, al menos, eso se esforzaba por trasmitir lograr que empresas de pequeño y mediano tamaño pudieran acceder fácilmente a grandes entornos de gestión que sólo les eran accesibles a las grandes cuentas. Y esto lo logra el modelo ASP al ofrecer aplicaciones de gestión sin que apenas haga falta ninguna adaptación por parte de la empresa cliente; un cliente que suele responder al modelo mediante pago mensual, bien por usuario de los servicios de aplicaciones, bien por uso de las mismas. Este precipitado interés por la pequeña y mediana empresa es uno de los movimientos de cambio más significativo asociado al fenómeno ASP.
Otro cambio implica que, cuando aparece el término ASP en una frase va ligado, normalmente, a otro término muy usual, el de portal. En su fórmula inicial, un portal no es más que un medio de poner información sobre una compañía, sus productos y servicios a través de Internet. Pero en el mundo de los ASPs el término portal va mucho más allá ya que además de información, el suscriptor al mismo tiempo puede bajarse aplicaciones de software. Y más aún, entroncaríamos con la posible unión de diferentes proveedores que ofrecieran aplicaciones, productos y soluciones a mercados verticales de usuarios. Es decir, nos encontramos con los e-marketplaces o mercados virtuales que no dejan de proliferar en la escena corporativa.
En opinión de muchos, más que de un movimiento premeditado, la llegada de los ASPs ha respondido en realidad a la escasez mundial de trabajadores cualificados en el área de las TI. A esta corriente de opinión se adhiere John Meyer, presidente europeo de EDS, para quien, la actual falta de cualificación está agudizando las lagunas. La Asociación de Tecnologías de la Información estima que este año 850.000 puestos de trabajo en el ámbito de las TI quedarán vacantes. Esto obliga a que las empresas alquilen su software y la gestión del mismo en lugar de ocuparse personalmente de ello. Por otra parte el directivo explica que aunque los ASPs se han marcado como objetivo prioritario a las pymes, en este momento, más del 22 por ciento de su negocio procede de las grandes cuentas. Desde su perspectiva, y dado el alcance del fenómeno ASP, las compañías deberían extremar su prudencia a la hora de seleccionar un ASP porque muchos de los 400 ASPs que existen hoy son realmente socios de la empresa usuaria y responsables de su interlocución con la cadena de suministro. Para Meyer, resulta básico contar con garantías en cuanto a seguridad y estabilidad financiera, algo que ofrecen sólo unos pocos. En cualquier caso, y señalando la aún inmadurez de este mercado, el directivo asegura que el modelo es válido y no podemos dejar de tenerlo en cuenta. Si aún no ha identificado un ASP en su agenda, póngalo ya, recomendaba a los lectores de este semanario.
Gartner Group coincide con Meyer en señalar la inmadurez del mercado ASP. Y va más allá al aconsejar no usar esta fórmula hasta que no se haya consolidado realmente. Según la consultora, los modelos ASP conseguirán un despegue real (en los niveles de aplicaciones más básicas) a principios del año 2002, pero no será hasta finales de ese mismo año o principios de 2003 cuando podamos hablar realmente de un modelo ASP consolidado.
La industria está cambiando y, tanto si nos referimos a los modelos ASP como si entramos en afecciones más generalistas, el mundo del software está evolucionando hacia unos modelos en los que los servicios toman la pauta. Desde la mirada de Gartner, los proveedores ASP deben reenfocarse hacia unos mensajes más simples de cara al mercado, más básicos y concretos, en lugar de correr hacia proposiciones muy sofisticadas para las que aún no están preparados ni ellos ni el usuario.
