Francisco Román, consejero delegado de Microsoft Ibérica

Éste es el momento de demostrar el peso específico de una industria como la de las TI. Tenemos la responsabilidad de hacer ver el sentido que las nuevas tecnologías cobran en la mejora de los negocios y la vida de las personas.

Publicado el 18 Feb 2002

A la hora de hacer balance del ao que termina y empezar a vislumbrar lo que nos va a deparar 2002, puede que no falte quien se deje llevar por la tentacin del pesimismo. Y cierto es que existen datos ms o menos objetivos que podran corroborar esa sensacin, si nos atenemos al descenso de la demanda en algunos segmentos del mercado de las TI o el declive de buena parte del negocio de las .com. El mundo, por otro lado, vive una situacin delicada, derivada de los acontecimientos que todos conocemos y que tienen su lgico reflejo en la actividad econmica.
Es obvio que nadie puede negar tales hechos. Pero es justamente ste el momento de demostrar el peso especfico de una industria como la de las Tecnologas de la Informacin. Ms que nunca, todos tenemos la responsabilidad de hacer ver, por un lado, el sentido que estas nuevas tecnologas cobran en cuanto a mejorar la marcha de los negocios y la vida de las personas; y por otro, como motor de la economa en su conjunto.
Segn un reciente estudio de SEDISI, el desarrollo tecnolgico en nuestro pas se encuentra a 12 aos del de los pases europeos ms avanzados. De hecho, el desarrollo de lo que llamamos la sociedad de la informacin en Espaa equivale a un 37% del obtenido en Estados Unidos y a un 70% de la media comunitaria.
Estos datos, lejos de desmotivarnos, deben hacernos ver todo lo que nos queda por hacer, especialmente en nuestro pas, y animarnos a redoblar nuestros esfuerzos, a trabajar con ms vigor e ilusin si cabe. Porque el mundo no se va a parar y el sector de las TI tiene suficiente fuerza como para tirar de los dems sectores. Precisamente, lo que llamamos dcada digital, y que no ha hecho ms que empezar, es la plasmacin en los negocios y en la vida de diaria de todo lo que hemos innovado y aprendido durante estos ltimos aos.
Tampoco creo, como tambin se ha llegado a decir, que el fenmeno Internet viviera su mximo esplendor en los ltimos dos o tres aos. Dicho auge est an por llegar, y lo que vimos en esos aos -lo que hemos dado en llamar la primera y la segunda generacin de Internet- supone apenas una ligera idea, un mero acercamiento a lo que ya durante esta dcada vamos a tener oportunidad de ver, vivir y disfrutar.
En aos anteriores, y tambin en estas mismas pginas, nos hemos referido al cambio cualitativo que la tercera generacin de Internet, propiciada por la tecnologa XML, iba a suponer con respecto al Internet que hasta hoy habamos conocido, fundamentado en un principio en las herramientas de comunicacin y despus en la posibilidad de alojar materiales estticos de informacin para ser visitados y consultados.
Decamos algunos, y seguimos diciendo hoy, que la tercera generacin de Internet, para la cual diseamos nuestra estrategia .NET, nos brindara la posibilidad de autoprogramar las pginas web a nuestra medida, intercambiar informacin con otras web de forma dinmica y convertir la red en un escenario interactivo. En este sentido, se han producido importantsimos avances durante este ao. Y este ritmo innovador no se va a detener.
Estamos en condiciones de afirmar que todas aquellas expectativas generadas en torno a la Red eran fundadas y an cortas en relacin a lo que el futuro y la innovacin nos van a deparar. Cierto es, no obstante, que tal entusiasmo movi a gran nmero de empresas a olvidarse de prcticamente todo lo que haban venido haciendo hasta ese momento y se lanzaron apresuradamente a lo que se aventuraba como un mercado enormemente prometedor. Esas empresas no tuvieron en cuenta ciertos factores como la seguridad o el tiempo que necesitaran para amortizar sus inversiones, lo que al final deriv en una comprensible frustracin.

Pero la tecnologa est ah y sus beneficios son perfectamente alcanzables y medibles. Esto es, precisamente, lo que las empresas y los usuarios en general van a demandar de ahora en adelante. El cambio existe, no podemos negarnos, y lo que necesita es un corazn que lo mueva para convertirlo en hechos tangibles. He ah la razn de la dcada digital. Los que tenemos algo que ver en esta industria tenemos ahora el compromiso de seguir innovando, pero tambin de traducir esa innovacin en propuestas tecnolgicas de valor que aseguren un retorno rpido de la inversin y que, finalmente, tengan efecto en las cuentas de resultados de las empresas.
Durante este ao hemos asistido a importantes anuncios de la industria que nos permiten mantener el optimismo y la idea de que todo nuestro esfuerzo tiene un claro sentido. Hemos visto significativos avances que tienen efecto en nuevos dispositivos y modalidades de acceso a la informacin, en herramientas que potencien la productividad o en nuevas formas ms satisfactorias y efectivas de acercarse e interactuar con la informtica. Por otro lado, la industria est ofreciendo ya a las empresas verdaderas soluciones de alto valor tecnolgico capaces de hacer crecer su negocio de forma fiable, potenciando a sus clientes, a su socios y a sus propios empleados.
De forma paralela, se han dado a lo largo de este ao nuevos pasos en los procesos de estandarizacin para la creacin de un entorno de desarrollo sobre el que ser posible la construccin de nuevos servicios para la tercera generacin de Internet. Aprovechando las nuevas tecnologas de ancho de banda, esos nuevos servicios harn realidad la idea de interconexin entre aplicaciones, servicios y cualquier tipo de dispositivo, como los telfonos mviles, las agendas electrnicas o los incipientes sistemas Tablet PC.
Esperamos, y no tenemos razn alguna para dudarlo, que durante el nuevo ao sigamos leyendo y escuchando noticias que nos hagan ver que, en efecto, estamos inmersos de lleno en la dcada digital. A los intensos trabajos de las compaas en el desarrollo de tecnologas de banda ancha o de las comunicaciones sin cable, se une la progresiva extensin del modelo de software como servicio, que ya est cambiando la forma en que las empresas se nutren de las herramientas que necesitan para ser ms efectivas y competitivas en sus mercados. Operadores, fabricantes y, sobre todo, los usuarios, son quienes tienen la palabra.
Un factor clave, tal vez ms valorado ahora que nunca, es la seguridad. La industria ya est tomando cartas en el asunto y muchos fabricantes, entre los que se cuenta Microsoft, hemos puesto en marcha planes de accin encaminados a ayudar a los usuarios a estar y, sobre todo, a permanecer seguros en el uso de todas sus aplicaciones. Este compromiso incluye una intensa labor de concienciacin de los usuarios y de informarles acerca de las mejores prcticas de seguridad, pero tambin implica mejoras en el desarrollo de software, rigurosa adecuacin a las leyes de proteccin de datos y medidas tanto preventivas como de persecucin a aquellos que infringen la legalidad y la integridad de la informacin.

Y cuando hablamos de la dcada digital, hablamos de poner sobre el terreno los medios tecnolgicos que servirn para hacer realidad el verdadero desarrollo de la sociedad de la informacin. Adems de esos medios, har falta un decidido compromiso de todos los que tienen que ver en la construccin de una sociedad moderna y acorde con lo que se espera del siglo XXI. Quiere ello decir que tanto las compaas que fabricamos o suministramos tecnologa como los gobiernos e instituciones implicadas en la vida de las personas y, en ltimo trmino, las empresas y los usuarios en general, tenemos un importante reto ante nosotros.
Al referirme a las empresas, quiero subrayar que son precisamente las organizaciones que invierten y utilizan la tecnologa las que cumplen un papel fundamental en este desarrollo de la sociedad de la informacin. No slo como usuarios que se beneficien de la innovacin para ser prsperas en su negocio, sino como ejemplo que sirva de punto de referencia a otras empresas, a otros sectores y, en definitiva, a todo el engranaje de la economa de los pases. A nosotros nos toca, evidentemente, la misin de ponrselo fcil con propuestas realistas que les aporten el valor y la seguridad suficientes como para que no se vean con la sensacin de estar dando un salto al vaco.
Finalmente, quisiera resaltar que el desarrollo de esta sociedad de la informacin no alcanzara todo su sentido si no tuviramos en cuenta a aquellas entidades e instituciones que pueden contribuir a que todos sean partcipes de ella. En este sentido, los fabricantes debemos ser conscientes del papel que juegan las universidades y todos los centros docentes, a fin de facilitarles al mximo la tarea de formar a los que construirn la sociedad del futuro. Y, por supuesto, debemos tener muy presentes a todos aquellos colectivos y sectores de la poblacin que, por una u otra razn, se encuentran en desventaja a la hora de acceder a los beneficios de la era de la informacin. Ellos tambin son parte de la dcada digital.

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Redacción Computing

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