Mientras los jugadores puros de Internet continúan debatiéndose entre triunfo y fracaso, el mercado on line crece en beneficio de las compañías más tradicionales, quienes pueden adquirir el conocimiento y la experiencia adquiridos por las startups que han fracasado a precio de saldo.
Así se pone de manifiesto en un estudio de Forrester Research, en el que se señalan tres causas principales en la caída de las víctimas iniciales de la reestructuración de este mercado. En primer lugar, los equipos gestores de este tipo de proyectos adolecían de una carencia de experiencia a la hora de realizar un control adecuado de la logística y las finanzas. En segundo lugar, la falta de interactividad que caracterizaba a muchos de estos sitios web les convertía en menos atractivos que al mostrador tradicional. Y en tercer lugar, los inversores, codiciosos en exceso, más que invertir especularon.
Son muy pocas las compañías que comerciaban únicamente a través de Internet que sobreviven; lo que, por otra parte, no ha llevar, según la consultora, a una actitud de relajación por parte de las empresas tradicionales. Estas compañías tienen ahora la oportunidad de aprovechar el potencial de la Red, con la ventaja de conocer los errores cometidos por la avanzadilla. Además, ante el desastre de las puntocom, las firmas de la vieja economía han ganado en atractivo para los profesionales que desempeñaban su labor en una start-up, quienes cuentan con una apreciable experiencia.
Pero no es sólo talento lo que a día de hoy las firmas tradicionales pueden adquirir a un precio más realista. Las puntocom que se encuentran ante una bancarrota eminente están abiertas a cualquier posibilidad que les reporte efectivo y en este sentido, las bases de datos de los clientes, son muy preciadas, baste con recordar el caso del motor de búsqueda Google, que el pasado diciembre adquirió los datos de los usuarios del fracasado portal Deja.com.
