Toshiba prosigue con su particular estrategia en pos de lo que un día tuvo a bien denominar su imperio inalámbrico. De este modo ha ampliado su familia de equipos portátiles dotados con este tipo de prestaciones. La familia Tecra 9000 -ente 1,2 y 2,4 kg- y Portégé 4000 -1,7 kg- han engrosado la oferta del fabricante nipón, siempre bajo la premisa de respetar su ciclo de vida de 16 meses.
Ambos portátiles incorporan procesadores Intel Pentium III Mobile con diferentes velocidades de reloj y capacidades de disco duro. Así,
Las comunicaciones han ocupado un lugar de excepción en el diseño de estos equipos, ofreciendo al usuario diferentes modalidades inalámbricas, desde las WLANs (Wireless Local Area Networks), a Bluetooth o infrarrojos.
Otras interesantes prestaciones son las de la incorporación de unidades Slim SelectBay compatibles entre todas las familias de portátiles de Toshiba, facilitando el acoplamiento, incluso, de discos duros adicionales. Además, las pantallas son TFT de polisilicio con 13,3 y 14,1 pulgadas para la serie Tecra y 12,2 pulgadas para la Portégé.
Respecto a su autonomía, la gama Tecra cuenta con una batería de hasta ocho horas de duración, mientras que la Portégé dispone de 9,6 horas.
Por otro lado, la firma nipona también ha anunciado un nuevo servidor de dos vías -plataforma Wintel- con un peso de ocho kilos, el Magnia Z300. Entre sus funcionalidades más sobresalientes destacan el grado de escalabilidad debido a su diseño modular, con el que además pueden montarse racks de dos metros de hasta 42 servidores. Asimismo, el Magnia Z300 permite una gestión multiplataforma, monitorizándose equipos en sistemas operativos Windows y Linux con la misma aplicación. En lo que a discos duros se refiere, soporta IDE Hot Swap (desde 20GB hasta 76GB) y discos ultra 160 SCSI (18GB-72GB) en el módulo de expansión de discos.
