Crisis y susto hacen temblar la economía

Crisis o susto. Esa es la pregunta que viene rondando las cabezas de la mayoría de las cúpulas directivas de las empresas en una época en la que se trabaja intensamente por definir los presupuestos del próximo año.

Publicado el 07 Nov 2001

Con los sucesos del 11 de septiembre en Estados Unidos y su repercusión a nivel mundial, no está muy claro por donde van a desarrollarse los acontecimientos.

Si analizamos un poco la situación, observamos que la economía estadounidense ya venía decreciendo moderadamente desde mediados de año, aunque fueron los atentados de las torres gemelas los que desencadenaron una debacle de proporciones no conocidas hasta la fecha. El parón en las bolsas y el susto generalizado congelaron no solo el aliento sino las estrategias y previsiones del mundo accidental. Mes y medio después del citado susto, los indicadores generales parece que se recuperan y, sin embargo, la sensación general de la industria no es positiva. Hay temor, precaución y prevención por lo que pueda pasar.

El ejemplo del mercado de PCs viene que ni pintado para ilustrar la situación económica mundial. Según IDC, el continuo deterioro de las condiciones económicas a nivel mundial ha hecho que a lo largo del presente año se hayan ido vendiendo cada vez menos PCs. Este hecho, la reducción de ventas, se acentuó en el trimestre de julio-agosto-septiembre y deja un último trimestre también en decremento. Las expectativas no dan lugar a la esperanza a corto plazo. El fenómeno se repite en casi todas las industrias (automóvil, por ejemplo) y es el causante del pesimismo económico por el que atravesamos.

Cabe pensar que si esa languidez económica es generalizada, la industria de las Tecnologías de la Información no va a librarse de la recesión. En efecto, John Gantz, responsable de investigación de IDC, señalaba en un informe que las pérdidas se contabilizan por ciento de miles de millones de dólares, la caída del consumo y la pérdida de confianza por parte del mundo empresarial van a tener una influencia decisiva en la caída de la industria de las TI. Estos factores van a retrasar el cambio de tendencia de la economía que se preveía comenzara a finales de este año para culminar a mediados del 2002.

Si hemos de creer a la consultora no será hasta el tercer trimestre del año próximo cuando los gastos en Tecnologías de la Información se cuenten en positivo. En concreto la consultora hablaba de un crecimiento para el tercer trimestre de 2002 de entre el 10 y el 12 por ciento en Asia/Pacífico, de entre el 4 y 6 por ciento en Estados Unidos y del 6 a 7 por ciento en Europa occidental. Unas cifras que, tras el 11 de septiembre ha rebajado en un par de puntos en cuanto a porcentaje y el un par de trimestres en el parámetro tiempo.
Sin embargo, seguimos sin saber si es crisis o susto. Y probablemente no lo sabremos nunca a causa de esa mezcla entre la tendencia y los acontecimientos, que por un lado alargan el problema, pero por otro hacen reaccionar de forma más rápida a los actores implicados.

Si hacemos caso de Gartner, estos son momentos peliagudos para los CEOs, CIOs y ejecutivos de alto nivel de las empresas de cualquier tamaño. Esta consultora hace referencia a las dificultades económicas. El panorama que pintan tiene a los consumidores reduciendo su consumo, a los stocks tecnológicos creciendo desmesuradamente y las compañías de Fortune 2000 han anunciando drásticos despidos. Gartner habla de recesión en toda regla y comenta también que el ataque terrorista es un gran impacto negativo, pero solo a corto plazo.

El gasto en hardware y software para el proceso de información se ha contraído por primera vez en una década durante el primer trimestre de este año. A esta mala noticia hay que añadir una caída en la inversión de capital destinados a equipos y software superior al 15 por ciento en el segundo trimestre de 2001 comparado con los primeros tres meses del año, según informó el Departamento de Comercio de Estados Unidos.

Muchas razones se citan para justificar la recesión algunas apuntan a la desaparición y fracaso del modelo Dot Com, otros analistas sugieren que la caída responde a un exceso en la capacidad de sistemas para procesar la información debido a la explosión del e-business. No obstante, para las empresas el gasto en TI incluye mucho más que inversiones de capital. Así, también contempla los costes operativos y de profesionales. De esta forma, el gasto total en TI no ha caído, sino que su crecimiento se ha ralentizado.

Sea como fuere, los expertos son contundentes en cuanto a las precauciones que deben adoptarse para mantenerse en la línea de flotación. Y lo primero que aconsejan es comprar sólo lo que se necesita y además hacerlo con cantidades proporcionadas tanto a las necesidades como a la disponibilidad. También consideran altamente prioritario reducir los costes en todo lo posible, y de ahí que se hayan producido la enorme cantidad de despidos que se refleja cada día en los medios de comunicación. Pero en este punto hay que ser realistas, muchas grandes compañías multinacionales han aprovechado la coyuntura negativa para depurar estructuras que hacían agua desde tiempo atrás. Por último también hay que destacar la observación de los expertos en el sentido de que las empresas deben estar preparadas para cuando la economía se recupere.

Con todo lo antedicho, parece que podemos esclarecer, aunque sea levemente, la pregunta que nos hacíamos al comenzar este artículo. Y parece que hay crisis y que hay susto, y que la suma de ambos nos tiene sobrecogidos. Pero hay motivos para la esperanza porque nadie ve problemas más allá de mediados del próximo año lo que nos hace pensar que, al final, será un pequeño bache que quede en las gráficas históricas de las bolsas.
Nuestro país afronta la crisis desde una perspectiva más optimista que el resto. Bien porque el nivel económico que se mueve sea menor, o bien por que la conyuntura de los últimos años nos es más favorable, el caso es que, como ha dicho en repetidas ocasiones el ministro de Economía y vicepresidente del gobierno Rodrigo Rato, creceremos por encima del 2 por ciento el próximo año mientras que en Europa no llegarán a esa cifra ni de lejos.

Pero quitando el optimismo gubernamental, lo que encontramos es un mundo empresarial preocupado y tenso porque la crisis y el susto han llegado en un momento en el que se firman muchos grandes contratos que, con la crisis nublando el panorama, sin duda se van a retrasar, lo que va a descabalar las cuentas del cuarto trimestre a la mayoría.

Aquí también tenemos una demanda en recesión en los usuarios finales, que pueden esperar mejores tiempos para cambiar o mejorar su ordenador. Incluso la pyme se lo puede permitir también. Solo unos pocos de los medianos y grandes proyectos tienen irremediablemente que seguir adelante.

Despidos también hemos tenido, y algunos de consideración como los de Lucent, Alcatel, Ericsson, Nortel, pero nuestra sociedad no experimenta todavía los temblores ni de Europa ni mucho menos de Estados Unidos.

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Redacción Computing

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