La panacea de la integración

El segmento EAI vive una nueva oportunidad con SOA

Publicado el 18 Nov 2005

Si la integración de aplicaciones y sistemas era ya una pesadilla para la empresa española desde el comienzo de los 90, este problema quedó agravado con el boom de Internet y la necesidad de conectar las organizaciones con el ecosistema de partners y clientes del mundo exterior.

Para resolver esta disyuntiva, surgió un término con el que todo director de Sistemas ha tenido que enfrentarse, sin duda, más de una vez: los servicios web.

Estos son aplicaciones que se ofrecen como servicios ejecutados en un contexto web gracias a la utilización de lenguajes y protocolos como XML, SOAP, WSDL o UDDI. Se trata de componentes de software reutilizables que pueden comunicarse entre sí, con la ventaja de poder aprovechar lo antiguo -el tan denodado legacy- y combinarse con nuevas aplicaciones al partir de un desarrollo basado en estándares.

Como ya se ha avanzado, este objetivo de integración o combinación no era nuevo, sino que los web services vinieron realmente a reconocer esa necesidad y definir un nuevo escenario de participación, esto es, la voluntad de los distintos fabricantes para garantizar la compatibilidad entre sus plataformas propietarias.

Coincidiendo con la cuadragésimo quinta edición de SIMO, parece que el paradigma de la integración también cumple un año más, ya que sigue siendo un problema a resolver.

Pero los tiempos cambian, con ellos las distintas denominaciones y, sobre todo, la voluntad de fabricantes y usuarios. Así, los primeros han reconocido por fin que se encuentran en un régimen de co-petencia con sus rivales, de forma que sus soluciones deben hablarse con las del resto para llegar a la promesa de esa aldea global.

Por su parte, el usuario está cansado de costear largos procesos de integración entre aplicaciones a golpe de líneas de código y horas de consultoría.

Estando así las cosas, si hay una palabra que redefina otra vez esa necesidad de integración que viene de la mano del software es SOA. Por tanto, la Service Oriented Architecture no es más que la voluntad de rebautizar ese intento de que todo se hable con todo para que todos se relacionen con todos.

Precisamente, han sido los fabricantes de middleware o software de infraestructura los primeros que han abrazado el término SOA, convirtiéndolo en apellido inseparable de sus gamas de soluciones.

Junto a ellos, aparece todo un elenco de nuevos actores desconocidos hasta ahora que aportan -sobre todo para segmentos específicos- alguna de las piezas clave de este software de integración que funciona como un servicio y que se apoya en los antiguos web services.

Es así como el segmento de soluciones EAI (Enterprise Application Integration) o AIM (Application Integration Middleware), basado en conectores, vive una segunda revolución un tanto confusa, ya que por un lado existe una importante consolidación debido a procesos de adquisiciones y, por otro, supone un curioso semillero de start-ups.

Según los datos que maneja la consultora Gartner, el mercado de integración de aplicaciones, middleware y portales en EMEA está en condiciones de crecer un 7,4 por ciento este año, lo que supondría una tasa de incremento similar a la de 2004; entonces se facturaron 2.000 millones de dólares.
Sin embargo, al ajustar esta previsión de venta al euro, el mercado sufrirá un descenso de un 0,5 por ciento en 2005, frente a la caída del 3,5 por ciento registrada en 2004 (en 2003 se ingresaron 1.690 millones de euros y en 2004 se facturaron 1.630 millones).

La consultora entiende así que el panorama continúa siendo difícil debido a la intensa competencia, y aconseja a las empresas tener en cuenta un probable aumento de la consolidación en este mercado. Paradójicamente, continúa siendo un segmento fragmentado, ya que los proveedores de tecnología de aplicaciones de negocio prestan cada vez más atención a la integración con soluciones propias, y se convierten en nuevos competidores.

Sea como fuere, la promesa de la interoperabilidad total entre aplicaciones y plataformas alcanza una nueva dimensión con SOA, que viene a paliar algunas de las lagunas de los servicios web, como son la seguridad, gestión de identidades y operaciones, reglas de negocio, integridad transaccional y, como colofón, fin de la rivalidad entre las plataformas Java y .Net.

Como pasillo que conduce directamente a la infraestructura TI del futuro, SOA proporciona las líneas maestras para que las organizaciones diseñen su infraestructura bajo la forma de servicios.

No obstante, la empresa debe saber que SOA requiere no sólo de un cambio de mentalidad, sino de una serie de fases o etapas que vienen definidas en función de su madurez, y que evolucionan desde los web services individuales hasta la integración total de las funciones del negocio internas y externas.

Con la interoperabilidad como uno de sus principios más importantes, SOA consigue incrementar la flexibilidad de las antiguas soluciones EAI, permitiendo a las aplicaciones colaborar entre sí. Por tanto, en lugar de estructurar las aplicaciones en base a funciones, componentes y objetos, lo hace en torno al concepto de servicios. Estos servicios se entienden por tanto como la implementación definida de una función del negocio, y que puede ser utilizado por los usuarios internos y externos desde diferentes aplicaciones o procesos.

Con todo, es posible reutilizar el software con su consiguiente ahorro de costes, eliminar los silos de información y, en definitiva, incorporar más inteligencia a cualquier proceso de negocio.

Como ya sucedió con los servicios web, SOA vive en la actualidad un primer momento de implantación interna por parte de las grandes organizaciones. De ahí pasarán probablemente a la integración externa y despliegue de aplicaciones multicanal. Siguiendo este ejemplo, la pyme podrá también beneficiarse de las bondades de esta nueva filosofía, aunque es probable que haya que esperar algunos años para poder hablar de un mundo de aplicaciones TIC realmente interconectadas. Y lo más importante, sin necesidad de arrasar con lo anterior.

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Redacción Computing

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