Las Tecnologías de la Información (TI) juegan cada vez un papel más importante en las empresas. Tener un buen equipamiento informático aumenta el valor de la empresa y la convierte en más competitiva, gracias en parte a la reducción de tiempo y al aumento de productividad que supone. Pero tener al día estas tecnologías es cada vez más costoso: los departamentos de informática crecen sin cesar y hacen falta áreas y personal especializado en microinformática, redes, soporte de aplicaciones y comunicaciones fijas y móviles.
Por este motivo, muchas empresas, al no poder afrontar con sus propios recursos los gastos tecnológicos, apuestan por una gestión más eficaz y económica de los servicios informáticos y se deciden por su externalización. Con esto consiguen Tecnologías de la Información más flexibles, seguras e innovadoras y pueden dedicarse enteramente a su negocio core business, ya que se deja en manos de empresas expertas la gestión de los sistemas de información y comunicación. Así pues, el outsourcing no es solamente una solución económica, sino también estratégica.
Según una encuesta realizada por Grupo Penteo y Gartner entre el año 1997 y 2003 sobre el outsourcing, los ejecutivos de grandes empresas lo que más valoran de esta práctica empresarial es la reducción de costes. En este sentido, las cifras son muy reveladoras, ya que es posible conseguir entre un 15 y un 20 por ciento de ahorro si se externalizan los servicios informáticos. Otros beneficios que se tienen en cuenta a la hora de externalizar las Tecnologías de la Información son la posibilidad de centrarse en el core business, mejorar la calidad de servicio, mantener la ventaja competitiva y acceder a recursos y personal experto.
Además, externalizando las Tecnologías de la Información, el cliente deja de invertir en la compra de estos recursos, y comienza a pagar sólo por el servicio recibido. De esta manera reduce el nivel de riesgo técnico y financiero y se asegura la renovación e innovación de los equipos mucho más a menudo de lo que se podría costear sin externalizar.
Entre las actividades que más se externalizan hoy en día destacan la gestión de infraestructuras (sistemas, microinformática, redes, e-business y seguridad), la gestión de aplicaciones y, en último lugar, los procesos de negocio.
Telefónica Empresas, a través de Telefónica Soluciones, ha lanzado al mercado su propia propuesta: el outsourcing del puesto de trabajo. El objetivo de esta nueva oferta es prestar un servicio de acceso a la información que incorpora desde las herramientas hasta las comunicaciones (gestión de redes e infraestructuras, gestión de las redes WAN y servicios hosting y housing desde los data centers de Telefónica). Es el llamado también outsourcing extremo a extremo, ya que incluye todos los elementos tecnológicos necesarios.
Con este servicio, Telefónica Empresas quiere prestar especial atención a las necesidades reales de los usuarios en su actividad diaria, proporcionándoles las herramientas de informática y comunicaciones más adecuadas para su perfil. El objetivo es rentabilizar al máximo sus capacidades. Así, a las empresas se les hace una oferta a medida de los distintos perfiles de usuarios con los que cuenta: trabajadores con puestos y necesidades diferentes en cuanto a movilidad, acceso a servicios y niveles de seguridad e incluso niveles de representación externa.
Todo ello se dirige a minimizar los tiempos improductivos de cada perfil, reducir los desplazamientos y asegurar la información. La atención a los usuarios pivota sobre un concepto de ventanilla única personalizada para resolver incidencias y consultas a través de todo tipo de canales de acceso. Se ofrece además una monitorización del uso de las plataformas y unos niveles de servicio acordado pormenorizadamente.
El outsourcing es de por sí un sistema muy práctico para mantener los costes bajo control. La propuesta económica de Telefónica Soluciones, integrada en Telefónica Empresas, incluye tarifa plana por usuario; de esta manera los costes son más predecibles y se procura una mayor eficiencia en el uso del capital de la empresa, ya que se beneficia de las economías de compras y a la propia gestión del Grupo Telefónica.
