El control financiero hay que asumirlo, pero no somos gestores

Ya a finales del año pasado comenzaron a emerger los fracasos y es que para levantar y mantener un negocio de estas características es preciso mucho dinero. Empresas como Doing Broadband nacen para tratar de solucionar este obstáculo.

Publicado el 23 Ene 2001

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A decir verdad, a los propios directivos de Doing no les agrada demasiado verse como una incubadora, y precisan que combinan sus ventajas junto a las de las consultoras o las de los fondos de capital riesgo. Javier Ulecia, consejero delegado de la compañía, indica que a pesar de que el inicio de la actividad se produjo en septiembre, ya cuenta con un capital inicial de 50 millones de euros, que próximamente ampliará hasta alcanzar los 75 millones de euros.

Cuando un emprendedor opta por acudir a Doing para tratar de dar viabilidad a su idea, ha de pasar varias fases. En un primer lugar, los requisitos imprescindibles son que se mueva en el mundo Internet, como es lógico, y que precise de la banda ancha para llegar a buen término. Este es, precisamente, uno de los factores más diferenciadores de Doing respecto a la competencia, puesto que como precisa Ulecia, si entiendes por competencia empresas que están invirtiendo en lo mismo que nosotros, tenemos muchos rivales, todos los fondos de capital riesgo tradicionales en los proyectos en los que estamos entrando nos los encontramos. Sin embargo, fondos de capital riesgo especializados en startups de Internet de banda ancha, y que además se impliquen mucho en el lanzamiento, no hay nadie. Esto quiere decir, de acuerdo con el consejero delegado, que la empresa ha venido a cubrir un vacío que existía, aunque eso no quiere decir que no haya gente que se interese en los mismos proyectos.

Una vez que se cumple el requisito de la banda ancha, Doing dispone de una metodología de análisis de proyectos y una serie de criterios de valoración, encabezados por el mercado en el que se encuentra ubicado, si la empresa es escalable y puede llegar a ser una gran empresa. En segundo lugar, el criterio del modelo de negocio es un punto indispensable, acompañado del equipo, el cual debe tener experiencia probada en el sector y en el lanzamiento de negocios y su gestión. Finalmente y de acuerdo a Ulecia, la cuestión de la implantación, es decir, si se puede realmente trasladar del papel a la realidad con los condicionantes tecnológicos que implica.

El consejero delegado de la empresa comenta que el tiempo dedicado al análisis de los proyectos oscila de dos a cuatro semanas y, una vez alcanzado este punto, se realiza una proposición de acuerdo de accionistas.
Uno de los grandes temores que un emprendedor puede tener es perder el control de su idea hecha negocio. En este sentido, Ulecia insiste en la idea de que lo que no puede pretender una persona o un equipo promotor off line que quiere entrar en el mundo on line llegue un inversor, ponga 600.000 millones de pesetas y que desde el punto de vista financiero eso no represente nada. De este modo, la filosofía de Doing pasa porque la aportación del dinero se traduzca en una participación en el capital de esa compañía proporcional al montante en que se valora la empresa. Ese control financiero hay que asumirlo continúa el responsable-, otra cosa es el control de la gestión; no somos gestores, porque precisamente lo que nosotros estamos buscando son gestores que conozcan su negocio. Somos siete personas en Doing y no tenemos ni capacidad ni voluntad de ser gestores aunque lo que sí queremos es tener el derecho de opinar y decir si vamos o no por el camino que habíamos marcado. Respecto a este porcentaje, Ulecia apunta que es totalmente flexible y tenemos el mismo poder decisión que cualquier accionista que esté sentado en el consejo de administración.

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Redacción Computing

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