Si bien el portavoz de Siemens Peter Gottal, declaró que existen conversaciones para reforzar el negocio de telefonía móvil, la compañía no quiso especificar ningún candidato, a pesar de que los analistas señalan que la japonesa Toshiba es uno de los que tiene más posibilidades.
La confirmación de que la compañía está buscando un socio ilustra las actuales dificultades por las que atraviesan los fabricantes de teléfonos móviles.
Siemens ha visto cómo los objetivos marcados en un principio no se cumplían, a lo que hay que añadir que en el tercer trimestre la compañía descendió al quinto puesto del ranking, lo que le ha llevado a reconsiderar su estrategia.
Desde la compañía se ha reconocido que hay que crecer, así lo asegura Volker Jung, miembro del directorio de Siemens, que opina que se necesita determinado volumen para alcanzar cierto nivel de rentabilidad. Sin un socio, ésto es posible a largo plazo sólo para Nokia.
El coste para permanecer en el mercado es cada vez más difícil de justificar, a no ser que se pueda garantizar éxito a largo plazo, dijo Ben Wood, analista de Gartner Dataquest.
La dificultad es que se le exige a los fabricantes que mantengan el ritmo de los constantes cambios tecnológicos y que continúen añadiendo productos, servicios y características a sus productos para mantenerlos competitivos, indicó Wood.
Estos problemas han afectado al negocio de telefonía móvil de Siemens, que continúa reportando pérdidas. En el trimestre que terminó el 30 de septiembre, la filial perdió 22 millones de euros, unos 19,4 millones de dólares.
Por otro lado, además de buscar un socio que fortalezca, y justifique, su presencia en el mercado, la compañía está buscando la manera de aumentar su presencia en el mercado asiático.
El objetivo de Siemens es convertirse en el tercer fabricante de teléfonos móviles en todo el mercado asiático, una posición que, por ahora, sólo ostenta en China.