Europa está empezando a sentir los efectos del colapso del mercado tecnológico estadounidense, de acuerdo con Mike Lynch, CEO de Autonomy, una firma centrada en el área de la gestión del conocimiento que se ha visto obligada a reconocer que no alcanzará sus previsiones debido a la rapidez con la que la debilidad de la economía estadounidense se está extendiendo.
Desde la perspectiva de Lynch, la caída del entorno macroeconómico ha empezado a afectar el comportamiento del gasto en TI de los europeos, que han empezado a postponer proyectos relacionados con la introducción de nuevo software.
Los analistas coinciden al señalar que lo peor está todavía por llegar a los negocios europeos, pero que las consecuencias no serán tan nefastas como las que se han producido en Estados Unidos.
Richard Holway, director de investigación de Ovum, asegura que el gasto principal continuará. Desde su perspectiva, las compañías han entrado en un periodo de pánico y contención de gasto, que suelen ser siempre las primeras medidas. El experto continúa diciendo que más del 80 por ciento del dinero gastado en TI va directamente a soportar los sistemas implantados hace alrededor de dos años y, sorpresivamente, todas las noticias que aparecen en la prensa giran en torno a compañías de nuevas tecnologías y de innovación y es que, desde su punto de vista, la gente todavía está invirtiendo en actividades de TI aburridas, algo que continuará haciendo.
Holway asegura que estamos atravesando por una mala época pero no es tan nefasta como la estadounidense. Fue más acentuada allí y en Europa estamos amortiguados por nuestra posición. Para este profesional, los primeros signos de recuperación serán visibles hacia los meses de agosto o septiembre, pero las malas noticias continúan con el anuncio de 1.500 despidos en la filial británica de Marconi y otros cuantos en Oracle UK. También la californiana Cisco ha admitido que tendrá que suprimir 8.500 nuevos puestos de trabajo, lo que representa el 17 por ciento de su actual fuerza de trabajo. Esta medida supondrá un gasto para la empresa de alrededor de 3.700 millones de dólares (más de 600.000 millones de pesetas). Los máximos responsables de la compañía contemplan la actual situación del mercado como más desafiante que nunca, y han admitido que sus resultados correspondientes al tercer trimestre fiscal no alcanzarán las expectativas marcadas.
Acostumbradas a acumular durante algunos años beneficios millonarios, las firmas europeas han empezado ya a notar los primeros efectos de la desaceleración económica. Una situación que, en su mayor parte, afrontan recurriendo a la medida del despido masivo. Es el caso de compañías como la sueca Ericsson o la holandesa Philips, que han visto decrecer sus resultados y que han anunciado unos drásticos recortes de sus plantillas. Mientras que la firma nórdica reducirá su plantilla un 30 por ciento, lo que supone dejar sin trabajo a 30.000 personas, la empresa holandesa, que ha visto caer sus beneficios un 90 por ciento en relación con el año previo, dará la carta de despido a alrededor de 7.000 personas.