Tras la salida a Bolsa de París del 80 por ciento de su capital (el 20 por ciento restante continúa en manos de Alcatel, aunque ésta no cuenta con representación en el consejo de administración de la nueva empresa), la antigua división de cable de Alcatel ha pasado a operar de forma independiente bajo la denominación de Nexans, una firma global que se constituyó a finales de 2000 y que en España ha absorbido la actividad de Alcatel Cable Ibérica bajo la marca Nexans Iberia.
La corporación, que da empleo a 19.000 trabajadores (603 empleados pertenecen a Nexans Iberia) y está presente en 20 países, ingresó 4.800 millones de euros (800.000 millones de pesetas) en 2000, lo que le supuso obtener un beneficio de 169 millones de euros (28.200 millones de pesetas). Mientras que Europa genera el 69 por ciento de los ingresos, Norteamérica aporta alrededor del 23 por ciento del total.
En nuestro país, la compañía, que suministra fundamentalmente a los mercados de energía y telecomunicaciones, ha asumido el control de la fábrica que Alcatel Cable Ibérica poseía en la población cántabra de Maliaño, la cual dispone de una plantilla de 500 empleados y que fue la primera de nuestro país destinada a la fabricación de cables de telefonía.
El pasado año, la filial española ingresó 25.000 millones de pesetas (una vez descontados los 13.800 millones de pesetas provenientes de la actividad de cables de fibra óptica que permanece en manos de Alcatel España), una cifra que se incrementará en torno al 14 por ciento de cara al cierre de 2001, año en el que se espera una facturación de 28.000 millones de pesetas.
Segundo de Pablo, presidente y director general de Nexans Iberia, aseguró que, hoy por hoy, la filial española del grupo realiza el 74 por ciento de su facturación a partir de cables de telecomunicaciones y el 21 por ciento en energía.
