La iniciativa, mantenida por Linux Standard Base (LSB), es una respuesta del sistema para evitar algunas de las fragmentaciones de Unix -la solución bajo la que Linux está modelada- en varias de sus versiones. A la vez, dicha fragmentación es una de las razones por las que Microsoft intenta adelantarse con sus productos Windows.
Algunas compañías Linux, como Caldera Systems y Turbolinux, creen que la estandarización hará más accesible la cooperación de las empresas en tecnologías básicas al tiempo que la competencia por alcanzar funciones de más alto nivel.
De hecho, el pasado lunes los desarrolladores lanzaron la versión 1.1 de Linux Development Platform Specification, según apunta Scott McNeal, de Free Standards Group. Esta especificación tiene como propósito facilitar la escritura de los programas que operan en diferentes versiones de Linux, como las que proceden de Red Hat, Caldera y otras compañías.
Con todo, el miércoles pasado se introdujo la versión 2.2 del estándar Filesystem Hierarchy, diseñado para dirigir la localización de claves de archivos empleados por Linux y Unix. Además, con la implicación de IBM, Intel, Oracle, Red Hat, Caldera, SuSE y otros, la LSB ha dado un paso adelante en cuanto a la presentación de su especificación, la versión 1.0, planteada para finales de año, señala McNeal. Asimismo, el grupo lanzó la versión 0.6 la semana anterior.