La noticia cobra entidad si se interpreta como una experiencia premonitoria de lo que será la realidad a largo plazo. El hotel Nine Zero lo ha tomado como una experiencia piloto, en la que están participando ocho de los diez clientes que tienen acceso a esta suite.
La tecnología se ha empleado anteriormente en el control de acceso de los empleados, siendo ahora cuando se ofrece como alternativa a la tradicional llave. El mecanismo puesto en marcha, justo antes de la Convención Nacional Demócrata, consiste en disponer de escáner de iris en el mostrador de consejería del hotel.
Desde allí se almacenan directamente en una base de datos.
Así, cuando el huésped quiere entrar en su habitación, una lector parecido a una videocámara -fabricado por LG- comprueba su iris, permitiendo o no el paso.
En función del éxito de la experiencia, el director del hotel ya ha manifestado su intención de ampliar su alcance al resto de las habitaciones. La hostelería se suma de este modo al interés despertado por esta tecnología en otros sectores, como el financiero, asegurador o aeroportuario.