Los retos del Siglo XXI

El director de Sistemas debe actuar en un mercado competitivo en un doble sentido reconvertir su empresa a los cambios para generar valor, y adaptarse a sí mismo a un mercado cambiante que requiere nuevas herramientas de gestión empresarial.

Publicado el 13 Nov 2000

Dentro de muy poco, el ritmo de cambio tecnológico superará a la velocidad con que los sistemas pueden adaptarse a este cambio. De esta forma, el equipo responsable de la dirección TI deberá abordar una serie de estrategias para anticiparse y acomodarse a los nuevos procesos de gestión que genere la tecnología.

Según un reciente informe de IDC, este cambio tendrá varias notas características será global y afectará a todas las compañías que no deseen quedar ancladas en el pasado; a su vez, consistirá en el desarrollo de proyectos independientes y a la medida de cada corporación particular; por último, provocará la transformación de todas las funciones de personal, y no sólo del equipo directivo.

Este factor afectará especialmente a la figura del DSI en particular, puesto que pasará de ser un constructor del puente que enlaza los procesos mediante el desarrollo de aplicaciones tecnológicas, a convertirse en un supervisor de las autopistas de la información. De esta forma, cada empleado será responsable de utilizar y gestionar el funcionamiento de sus propias aplicaciones personalizadas para desarrollar su trabajo, mientras que el responsable de Sistemas estará encargado básicamente de favorecer el tráfico, la disponibilidad y la seguridad de la información resultante.

Por otra parte, según avance el nuevo milenio, habrá cada vez menos expertos en Tecnologías de la Información. Así, la fuerte demanda de trabajadores no técnicos migrará inevitablemente hacia una crisis marcada por la escasez de profesionales con formación técnica. Muchas compañías fracasarán porque no podrán encontrar personal suficientemente cualificado para abordar los cambios. Como añadido, tan sólo en unos veinte años, el conocimiento actual y la forma de entender el negocio en el pasado reciente ya no será competitiva en los procesos empresariales del futuro.
Bajo este oscuro panorama, pero tan bien conocido por los expertos en Tecnologías de la Información, Michael Boyd, analista de IDC y responsable del estudio, ha elaborado una serie de recomendaciones genéricas para que los responsables de Sistemas y el equipo directivo de las corporaciones elaboren un plan que más que de choque, debería contemplarse como una evolución natural. En este sentido, Boyd comienza advirtiendo El primer paso necesario consiste en transferir el poder organizativo a los mismos trabajadores, pues las tácticas y estrategias tradicionales de gestión de procesos no servirán. Por esta razón, cada vez más se están delegando funciones de gestión empresarial y recursos Humanos en la figura del DSI, ya que éste será el encargado de dirigir a un equipo de formación para que los empleados se adapten a los futuros procesos de información y comunicación que adopte cada compañía, de manera que el flujo de trabajo no sufra caídas, vacíos ni parones inoportunos.

Según los datos de Cadcentre, proveedor de soluciones para los procesos TI, existe un grave conflicto entre los responsables financieros y el departamento TI sobre quién debe manejar los cambios y las inversiones en los procesos de información y comunicación. Pero la polémica no queda aquí, ya que mientras los directores TIC defienden en un 9 por ciento que su compañía sufre algún tipo de problema o carencia relacionados con la infraestructura tecnológica, ninguno de los directores financieros encuestados respalda esta afirmación.

La confusión sobre quién debe manejar las riendas de la tecnología y sus inversiones está provocando daños en las corporaciones que aún no se vislumbran, pero que lo harán muy pronto. Hasta que el director de Finanzas y el responsable de Sistemas no identifiquen una fórmula para trabajar juntos y comunicarse mejor, la estrategia de gestión para las nuevas tecnologías nunca podrá aventajarse a otra compañía, sentencia Longdon.

La segunda gran recomendación de IDC afecta a un mayor número de personal en el equipo, y consistiría en ceder más parte del valor y de la propiedad de la firma a cada vez más trabajadores, para que se sientan parte de la misma, continúa Boyd. Como tercer y último paso, migrar de un modelo que divide las gestiones y procesos a una gestión individualizada del trabajo, pronostica el consultor. Este factor representa el punto clave en el que responsables TI y directores financieros deben acordar una gestión individualizada de sus procesos – recursos financieros y tecnológicos -, pero a la vez coordinados en una estrategia común mediante una comunicación y un flujo de trabajo que alcance a todos y falle lo menos posible.

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Redacción Computing

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