Esta vocal ha conseguido aglutinar en un corto espacio de tiempo a todo tipo de sectores en uno sólo. Ya no podemos hablar de empresas de hardware, software, de telecomunicaciones, de informática, etc. Sectores que antes prácticamente no estaban relacionados resultan ahora indisociables, de una u otra forma, tras el surgimiento de Internet.
Como en las erupciones volcánicas, la primera fase es una fase de explosiones, chispas y humo, esto es, de novedades, de aprendizaje, de iniciativas (exitosas unas y erróneas otras) que da lugar a un flujo de lava más compacto y que es el que realmente avanza ordenadamente. Desde el punto de vista de la empresa, la explosión es un momento de dudas. Se multiplican las posibilidades tecnológicas y de negocio, se crean equipos de trabajo y se acude a consultores para intentar definir qué hacer, cómo hacerlo y con quién hacerlo.
El 2000 ha sido, en este sentido, un año de explosiones para muchos, de intentos de todo tipo para incorporar la e a su negocio. El 2001 será, sin duda, el momento para las empresas de desarrollar una verdadera estrategia global de e-business que consiga integrar a empleados, socios, proveedores y clientes de manera efectiva y que les dirija hacia el futuro con garantías de éxito desde el punto de vista tecnológico. Porque ahora más que en ningún otro momento de la industria de nuestro país, podemos hablar de una oportunidad sin precedentes para incorporar a las empresas españolas al nuevo marco abierto por Internet.
Una oportunidad que pasa, según nuestra visión, por la integración de los sistemas de gestión de la organización en el entorno abierto que supone la World Wide Web. En este sentido, el futuro de las empresas estará marcado por su capacidad para interconectar sus infraestructuras físicas con sus infraestructuras virtuales o electrónicas.
Para las empresas tradicionales, el e-business debe ser algo más que un traslado de sus actuales procesos a la web. Significa una verdadera transformación de estos procesos de negocio mediante la integración de las nuevas plataformas tecnológicas basadas en Internet con las aplicaciones que han venido gestionando hasta ahora sus antiguos procesos. Esto supone la necesidad de adoptar nuevas soluciones y sistemas que apoyen los nuevos procesos redefinidos y que consigan integrar eficazmente el e-business en todos los aspectos de una organización. Y supone, además, desarrollar un nuevo tipo de relación con sus partners, clientes y proveedores.
El desarrollo de la red de redes lo ha transformado todo hasta crear un entorno donde todos compiten con todos y todos colaboran con todos y en el que se impone una nueva forma de relación que haga posible la mencionada estrategia global.
En el caso de los proveedores de tecnología o servicios, el desarrollo de una estrategia de este tipo va a hacer más necesario que nunca la redefinición de muchas de las relaciones que mantienen con su entorno. Del mismo modo que se han difuminado las fronteras entre sectores, lo están haciendo las fronteras de cualquier organización con respecto a sus clientes, proveedores, socios o competidores.
Durante años, las empresas han mantenido relaciones sencillas con sus proveedores externos una compañía proveía a otra con los servicios y capacidades que ésta necesitaba para desarrollar su negocio principal. Hoy no se trata sólo de ofrecer la tecnología que el cliente demanda para competir en su sector, hoy es preciso buscar una nueva forma de colaboración que persiga la creación de valor para ambas partes, el crecimiento mutuo y el desarrollo de soluciones estratégicas y tecnológicas conjuntas.
En Unisys hemos comprendido esto hace tiempo y planteamos todas las relaciones con nuestros partners y clientes -a través de nuestra estrategia e-@ction- como una oportunidad para crecer y obtener beneficios comunes que posiblemente quedarían ocultos en una mera relación cliente-proveedor. Serán este tipo de relaciones las que, sin duda, contribuirán de manera más rápida y efectiva a lograr la adaptación de las empresas españolas al mundo del e-business.
