La máquina está basada en tecnología Power 4 y Power 5, doblando la capacidad de la segunda más grande en el mundo de la automoción. Según las primeras estimaciones realizadas por ambas compañías, los plazos para la producción de un vehículo podrían pulverizarse de 48 meses a 18 meses.
Fuentes de GM apuntan que la capacidad de procesamiento del superordenador es equivalente a realizar un cálculo por segundo en una calculadora durante más de 285.000 años.
El equipo va dirigido a permitir las modificaciones en los diseños, avanzando extraordinariamente en materia de ingeniería hasta el punto de reducir a horas tareas que antes requerían meses.
Ha sido durante el pasado mes de marzo cuando se ha entregado la primera fase de la red del superordenador, esperando encarar la segunda este mismo año. Gracias a las simulaciones digitales, GM ha rebajado hasta en un 85 por ciento el número de test de accidentes de vehículos, cuyo coste ronda los 500.000 dólares por test.