A pesar del reciente cierre de First-e, el informe asegura que la banca electrónica aún atrae a más de un millón de usuarios al mes en el continente europeo.
Las firmas financieras europeas están comenzando a dirigir sus inversiones hacia servicios especializados, entre ellos la gestión independiente de inversores a través de Internet. Este hecho supone un cambio de estrategia respecto al enfoque de desarrollo de utilización masiva de banca electrónica.
Sin embargo, el informe reconoce que los actuales bancos intentarán desviar a sus clientes hacia las operaciones en línea con el fin de recortar el coste de las transacciones.
Dentro de este movimiento de recorte de costes, los bancos actuales podrían externalizar sus servicios de banca electrónica a terceras compañías, algunas de las cuales podrían prestar sus medios a varios bancos diferentes.
Forrester ve en esta tendencia un camino hacia la integración de servicios en plataformas gestionadas por terceras partes que permitieran a los clientes acceder a múltiples productos on line.
En el informe se afirma que más de 42 millones de europeos están utilizando los servicios de banca electrónica, lo que equivale a que uno de cada tres europeos que usan Internet también acceden a esos servicios financieros on line.